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JUAN YÁÑEZ les da la más cordial bienvenida. Es éste otro testimonio de una pasión urbana...esencialmente lo porteño, lo argentino, lo latinoamericano y también el universo todo...

domingo, 19 de agosto de 2012

Un homenaje a un grande de la Argentina: Rene Favaloro



RENÉ GERÓNIMO FAVALORO



René Gerónimo Favaloro (12 de julio de 1923 - † 29 de julio de 2000) fue un famoso cirujano torácico argentino, quien realizó el primer bypass aorto coronario en el mundo.

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Biografía
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Nació y se crió en el barrio “El Mondongo” en La Plata, Argentina. A pesar de haber tenido una infancia muy humilde, aprendió a amar el fútbol, y se hizo un hincha fanático del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata. René Favaloro siempre estuvocomprometido con el conocimiento, gracias en parte a su abuela materna, que le transmitió su amor por la naturaleza y la emoción al ver cuándo las semillas comenzaban a dar sus frutos. A ella le dedicaría su tesis del doctorado: "A mi abuela Cesárea, que me enseñó a ver belleza hasta en una pobre rama seca".
Realizo la primaria en la escuela Nº45 situada en la calle 68 y diag 73. En esta escuela se levanto un mural en su memoria y sobre la rambla del diagonal los vecinos plantaron un arbol he hicieron un homenaje con tablones pertenecientes a la cancha de su querido equipo. Curiosamente la escuela queda a la vuelta del hospital policlinico "Gral San Martin"

En 1936, después de examinar, Favaloro entró en el Colegio Nacional de La Plata. Allí, docentes como Ezequiel Martínez Estrada y Pedro Henríquez Ureña le infundieron los principios con base humanística.

Al finalizar la escuela secundaria ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata. En el tercer año comenzó las concurrencias al Hospital Policlínico y con ellas se acrecentó su vocación al tomar contacto por primera vez con los pacientes. Nunca se limitaba a cumplir con lo requerido por el programa, ya que, por las tardes, volvía para ver la evolución de los pacientes y conversar con ellos.

Mientras cursaba las materias correspondientes a su año, se entremezclaba con los alumnos de sexto año de las cátedras de Rodolfo Rossi o Egidio Mazzei, ambos titulares de Clínica Médica. También se escapaba a presenciar las operaciones de los profesores José María Mainetti, y Federico E.B. Christmann, de quien aprendió la simplificación y estandarización que aplicaría después a la cirugía cardiovascular, quizás la mayor contribución de Favaloro a las operaciones sobre el corazón y los grandes vasos.

El hecho fundamental de su preparación profesional fue su posición de residente en el Hospital Policlínico, centro médico de una amplia zona de influencia. Allí se recibían los casos complicados de casi toda la Provincia de Buenos Aires. En los dos años en que prácticamente vivió en el Hospital, Favaloro obtuvo un panorama general de todas las patologías y los tratamientos pero, sobre todo, aprendió a respetar a los enfermos, la mayoría de condición humilde. Como no quería desaprovechar la experiencia, con frecuencia permanecía en actividad durante 48 o 72 horas seguidas.

En 1949, apenas graduado, se produjo una vacante para médico auxiliar. Accedió al puesto en carácter interino y a los pocos meses lo llamaron para confirmarlo. Le pidieron que completara una tarjeta con sus datos, pero en el último renglón debía afirmar que aceptaba la doctrina del gobierno y se lo obligaba a afiliarse al partido peronista que gobernaba el país en esos años, lo que no admitió.

Por ese entonces llegó una carta de un tío de Jacinto Aráuz, un pequeño pueblo de 3.500 habitantes en una zona muy rica de La Pampa. Explicaba que el único médico que atendía la población, el doctor Dardo Rachou Vega, estaba enfermo y necesitaba viajar a Buenos Aires para su tratamiento. Le pedía a su sobrino René que lo reemplazara aunque más no fuera por dos o tres meses. Favaloro se encontró ante una decisión difícil, pero con la esperanza de que la situación política del país cambiaría en algunos meses aceptó la oferta.

Llegó a Jacinto Aráuz en mayo de 1950 y rápidamente trabó amistad con el doctor Rachou quien falleció unos meses después debido a un cáncer de pulmón.

Al poco tiempo se sumó a la clínica su hermano, Juan José, médico también. Se integró muy pronto a la comunidad por su carácter afable, su gran capacidad de trabajo y dedicación a sus pacientes. Juntos pudieron compartir la labor e intercambiar opiniones sobre los casos más complicados.

Durante los años que ambos permanecieron en Jacinto Aráuz crearon un centro asistencial y elevaron el nivel social y educacional de la región.

Con la ayuda de los maestros, los representantes de las iglesias, los empleados de comercio y las comadronas, de a poco fueron logrando un cambio de actitud en la comunidad que permitió ir corrigiendo sus conductas. Así, lograron que casi desapareciera la mortalidad infantil de la zona, redujeron las infecciones en los partos y la desnutrición, organizaron un banco de sangre viviente con donantes que estaban disponibles cada vez que los necesitaban y realizaron charlas comunitarias en las que brindaban pautas para el cuidado de la salud.

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Pasión por la cirugía toráxica
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Favaloro leía con interés las últimas publicaciones médicas y cada tanto volvía a La Plata para actualizar sus conocimientos. Quedaba impactado con las primeras intervenciones cardiovasculares. Poco a poco fue renaciendo en él el entusiasmo por la cirugía torácica, a la vez que iba dándole forma a la idea de terminar con su práctica de médico rural y viajar a los Estados Unidos para hacer una especialización. Quería participar de la revolución y no ser un mero observador. En uno de sus viajes a La Plata le manifestó ese deseo al Profesor Mainetti, quien le aconsejó que el lugar indicado era la Cleveland Clinic.

Si bien al principio tuvo dudas con respecto a dejar su profesión de médico rural pensó que al regresar de Estados Unidos su contribución a la comunidad podría ser aun mayor. Con pocos recursos y un inglés incipiente, se decidió a viajar a Cleveland. Trabajó primero como residente y luego como miembro del equipo de cirugía, en colaboración con los doctores Donald B. Effler, jefe de cirugía cardiovascular, F. Mason Sones, Jr., a cargo del Laboratorio de Cineangiografía y William L. Proudfit, jefe del Departamento de Cardiología.

Al principio la mayor parte de su trabajo se relacionaba con la enfermedad valvular y congénita. Pero posteriormente se interesó en otras áreas. Todos los días, apenas terminaba su labor en la sala de cirugía, Favaloro pasaba horas y horas revisando cinecoronarioangiografías y estudiando la anatomía de las arterias coronarias y su relación con el músculo cardíaco. El laboratorio de Sones, padre de la arteriografía coronaria, tenía la colección más importante de cineangiografías de los Estados Unidos.

A comienzos de 1967, Favaloro comenzó a pensar en la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirugía coronaria. Llevó a la práctica sus ideas por primera vez en mayo de ese año. La estandarización de esta técnica, llamada del bypass o cirugía de revascularización miocárdica, fue el trabajo fundamental de su carrera, lo cual hizo que su prestigio trascendiera los límites de ese país, ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria. En 1970 publicó un libro llamado Surgical Treatment on Coronary Arteriosclerosis, y editado en español con el nombre Tratamiento Quirúrgico de la Arteriosclerosis Coronaria.

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Creación de la Fundación Favaloro ----------------------------------------------------------------------------------------------

En 1971 Favaloro regresó a la Argentina con el sueño de desarrollar un centro de excelencia similar al de la Cleveland Clinic, que combinara la atención médica, la investigación y la educación.

Con ese objetivo creó la Fundación Favaloro en 1975 junto con otros colaboradores. Uno de sus mayores orgullos fue el de haber formado más de cuatrocientos cincuenta residentes provenientes de todos los puntos de la Argentina y de América latina (Alumni). Contribuyó a elevar el nivel de la especialidad en beneficio de los pacientes mediante innumerables cursos, seminarios y congresos organizados por la Fundación, entre los que se destaca Cardiología para el Consultante, que tiene lugar cada dos años.

En 1980 Favaloro creó el Laboratorio de Investigación Básica -al que financió con dinero propio durante un largo período- que, en ese entonces, dependía del Departamento de Investigación y Docencia de la Fundación Favaloro. Con posterioridad, pasó a ser el Instituto de Investigación en Ciencias Básicas del Instituto Universitario de Ciencias Biomédicas, que, a su vez, dio lugar, en agosto de 1998, a la creación de la Universidad Favaloro.

En 1992 se inauguró en Buenos Aires el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, entidad sin fines de lucro. Con el lema "tecnología de avanzada al servicio del humanismo médico" se brindan servicios altamente especializados en cardiología, cirugía cardiovascular y trasplante cardíaco, pulmonar, cardiopulmonar, hepático, renal y de médula ósea, además de otras áreas. Favaloro concentró allí su tarea, rodeado de un grupo selecto de profesionales.

Siguió haciendo hincapié en la prevención de enfermedades y enseñando a sus pacientes reglas básicas de higiene que contribuyeran a disminuir las enfermedades y la tasa de mortalidad. Con ese objetivo se desarrollaron en la Fundación Favaloro estudios para la detección de enfermedades, diversidad de programas de prevención, como el curso para dejar de fumar, y se hicieron varias publicaciones para el público en general a través del Centro Editor de la Fundación Favaloro, que funcionó hasta 2000.

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Suicidio
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Para el 2000 la Argentina estaba ya sumergida en una crisis económica y política y la Fundación Favaloro estaba endeudada en unos US$75 millones por lo que Favaloro pidió ayuda en repetidas ocasiones al gobierno sin recibir una respuesta oficial. Por tal motivo, el 29 de julio del mismo año toma la trágica decisión de quitarse la vida de un disparo al corazón. Después de su muerte se supo que le había enviado una carta al entonces Presidente de la Nación el Dr. Fernando de la Rúa la cual nunca había sido leída y en la que expresaba su cansancio de "ser un mendigo en su propio país". Además, expresaba que la sociedad argentina necesitaba su muerte para tomar conciencia de los problemas en los que estaba envuelta.

Siempre se tendrá que recordar a Favaloro como una de las personalidades más honestas generosas de la Argentina y del mundo. Actualmente la Fundación Favaloro es una de las instituciones más grandes de América Latina dedicada al estudio cardiovascular.


Noticia en internet sobre su muerte:



Cita :


MUERE TRAGICAMENTE EN ARGENTINA EL DR. RENE FAVALORO
El destacado cardiocirujano se quitó la vida a la edad de 77 años
La trágica determinación la tomó el sábado 29 de julio de 2000 en horas de la tarde en su domicilio de la ciudad de Buenos Aires quitándose la vida mediante un disparo en el corazón. Estaba solo.Su muerte fue constatada pocas horas mas tarde por su secretaria, un hermano, el portero del edificio y luego por la policía. La justicia confirmó finalmente pocas horas mas tarde el hecho como un suicidio.
Una tragedia personal de profundo impacto social
La trágica decisión habría sido la eclosión de una grave depresión provocada por las dificultades económicas y financieras que enfrentaba la Fundación que presidía, agravadas por la falta de sensibilidad y respuestas por parte de varias entidades médicas, tanto públicas como privadas, que mantenían deudas impagas por la suma de 18 millones de dólares con su institución.
Las primeras repercusiones públicas sobre la noticia de su deceso han sido de estupor, dolor e indignación al conocerse algunos detalles de la situación que estaba afrontando. El diario La Nación hizo pública, muy acertadamente, una carta privada y personal dirigida un mes antes al subdirector del diario cuyo contenido resulta de gran valor testimonial, en la cual expresa entre otros conceptos su desazón respecto a:

".. como se me trata en el mundo en contraste con lo que sucede en mi país. Me refiero a aquellos vinculados al quehacer médico. La mayoría de las veces un empleado de muy baja categoría de una obra social gubernamental o no o de PAMI ni contesta mis llamados."
"En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir con nuestra tarea."


Un mensaje difícil de asumir por la sociedad
El impacto por la perdida del Dr. Rene Favaloro en toda la sociedad, debido a los elevados valores morales y éticos que exhibió a lo largo de su vida y por su trágico final, será duradero. Las razones que han trascendido sobre los motivos de su suicidio hacen de éste una deuda muy difícil de saldar.
Las repercusiones inmediatas en la dirigencia politica y empresarial han pasado de una incredulidad inicial sobre sus móviles a formales y altildadas expresiónes de reconocimiento y duelo exentas de reflexión y en otros casos ha sido simplemente un vergonzoso silencio, en lo que según transcurren las horas puede interpretarse como un rito autoexculpatorio.
Las obras sociales dependientes del estado nacional y de algunas provincias, y las obras sociales sindicales siguen siendo las principales deudoras de los 18 millones de dólares reclamados por la Fundación Favaloro, la que para más datos, sufrió la progresiva disminución de los subsidios con que el estado respladaba su accionar, durante los últimos cinco años de 17 millones de dólares anuales a cero.


Médico y humanista ejemplar
La trascendencia internacional del Dr. René Favaloro ha estado unida a sus revolucionarios aportes realizados a la cirugía cardiovascular a través de la técnica del by-pass coronario especialmente a partir de mediados de la década de los años 60 en EE.UU..
Laureado entre otros premios con la Medalla de Oro de la Ohio State Medical Association en 1970, con la Medalla de Oro otorgada por la Sociedad Argentina de Cardiología en 1978, Premio de la Cleveland Clinic Foundation "Distinguished Alumnus Award" en 1987. Doctor Honoris Causa otorgado por la Universidad de Tel Aviv, Israel, en 1980. Premio Konex en 1993. En la actualidad seguáa siendo uno de los máximos referentes internacionales de la medicina argentina.
En su país sus cualidades humanas y profesionales las empleó en múltiples actividades de excelencia referidas a la investigación, la docencia y la cirugía, Dirigía el Instituto de Cardiologia y Cirugia Cardiovascular, el Instituto de Investigación de Ciencias Básicas y la Universidad Favaloro.





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Carta abierta de René Favaloro
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Favaloro, la carta final

En un país que oscila de la frivolidad a la tragedia, algo faltaba para cerrar en el imaginario social la muerte de uno de sus compatriotas más admirados. Faltaba, pues, conocer el contenido de la carta que escribió René Favaloro antes del tiro del final. Trascendió en estas horas y lo compartimos con los lectores.


"Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces. Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Guemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles. Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo.

En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces. La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada).

Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente.

Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía.

A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo.

Este era nuestro único contacto.

A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular. Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado.

La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.

¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!

Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.

Lo mismo ocurre con el Pami. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.

Valga un solo ejemplo: el Pami tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).

Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda.

El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.

Los mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.

Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. “Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?”. “Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe”. El cirujano “de real valor” además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios!

Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las “indicaciones” de su cardiólogo. “¿Doctor, usted sigue operando?” y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre. Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional.

Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna “lecture” de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, vuelven a insertarse en el “sistema” y el dinero es lo que más les interesa.

La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter echo, camara y etc., etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos.

No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle “la operación económica” y entregará el sobre correspondiente!.

La situación actual de la Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir “no hay camas disponibles”.

Nuestro juramento médico lo impide.

Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica.

En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas, pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben.

Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando.

Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta.

¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente?

Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar.

La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic, le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español!

Sin duda la lucha ha sido muy desigual.

El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse.

Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al “sistema”.

Sí al retorno, sí al ana-ana.

“Pondremos gente a organizar todo”. Hay “especialistas” que saben como hacerlo. “Debés dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabés nada, que no estás enterado”. “Debés comprenderlo si querés salvar a la Fundación”

¡Quién va a creer que yo no estoy enterado!

En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer.

Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: “a mí no me ha derrotado nadie”. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo.

“¡La leyenda, la leyenda!”

Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga.

Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz.

Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata.

No puedo cambiar.

No ha sido una decisión fácil pero sí meditada. No se hable de debilidad o valentía.

El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano.

Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad.

Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así.

En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta.

En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara.

A mi familia en particular a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.

Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá en La Pampa.

Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles.

Un abrazo a todos, René Favaloro"



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Algunos de sus pensamientos
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Siempre he creído que toda realidad futura se eleva sobre cimientos de ideales y utopías. Sin duda, soñar es tarea fecunda. Dejaría de existir si no tuviera por delante desafíos que involucren por sobre todas las cosas, contribuir dentro y fuera de mi profesión al desarrollo ético del hombre.
(Conferencia "Ciencia Educación y Desarrollo", Universidad de Tel Aviv, mayo de 1995)

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Debe entenderse que todos somos educadores. Cada acto de nuestra vida cotidiana tiene implicancias, a veces significativas. Procuremos entonces enseñar con el ejemplo.
(Conferencia "Ciencia Educación y Desarrollo", Universidad de Tel Aviv, mayo de 1995)

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Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían sobre las clases dirigentes. ¡Si resurgiera San Martín caparía a lo paisano varias generaciones de mandantes!.
(De Recuerdos de un médico rural)

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La ciencia es una de las formas más elevadas del quehacer espiritual pues está ligada a la actividad creadora del intelecto, forma suprema de nuestra condición humana.
(Conferencia "Ciencia Educación y Desarrollo", Universidad de Tel Aviv, mayo de 1995)

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La ciencia es la expresión de una necesidad inherente al ser humano y, en todo caso, está ligada a la función superior de su naturaleza inteligente: la capacidad de crear.
(Conferencia "Ciencia Educación y Desarrollo", Universidad de Tel Aviv, mayo de 1995)

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Proceder con honestidad en aras de la dignidad del hombre es el compromiso más trascendente en nuestro corto paso por este mundo.
(Conferencia "Responsabilidad social del universitario de nuestro tiempo", Universidad Católica de Córdoba, septiembre de 1981)

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Ha llegado el momento, insisto, de detener el girar constante de nuestro planeta. Examinarlo, examinarnos, hacer el diagnóstico correcto y buscar todos juntos el tratamiento adecuado. Sólo lo lograremos si entendemos que estamos convocados por un compromiso ineludible: debemos luchar por una sociedad más justa y equitativa, sin prejuicios de ninguna índole. Sólo lo lograremos si no nos apartamos nunca de los lineamientos éticos basados en el respeto a la dignidad del hombre.
Debemos trabajar, trabajar y trabajar con pasión. Siempre habrá tiempo para el ocio fecundo, en beneficio de todos. Hemos de esforzarnos para mejorarnos individualmente pero entendiendo que formamos parte de una sociedad que demanda nuestra participación. Cuanto más destacada sea nuestra posición individual más grande será nuestro compromiso social. Ha llegado la hora de trabajar con humildad y modestia verdaderas. Hay que aprender a no marearse con las alturas de la montaña. En la montaña de la vida nunca se alcanza la cumbre.
(Mensaje de René Favaloro a los estudiantes reunidos en Glacier Park Lodge, Montana, Estados Unidos, 1993.
De "Don Pedro y la educación"

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Si no tomamos conciencia del desastre ecológico que el hombre ha desatado en nuestro planeta -la Argentina no queda excluida- las consecuencias serán terribles. (...) Todos debemos comprometernos a luchar sin descanso por la rehabilitación del aire, el agua y la tierra.
(De "De La Pampa a los Estados Unidos"

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Estoy convencido de que a esta sociedad consumista, cegada por el mercado, la sucederá otra que se caracterizará por el hecho trascendente de que no dejará de lado la justicia social y la solidaridad.
(Congreso de Bioingeniería 1999)

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En cada acto médico debe estar presente el respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales; entonces la ciencia y la conciencia estarán siempre del mismo lado, del lado de la humanidad.
(Congreso de Bioingeniería 1999)

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Durante los años que viví en Jacinto Aráuz, en el camino de regreso a mi casa, con frecuencia me dejaba cautivar por los hermosos atardeceres -los atardeceres de La Pampa son realmente fascinantes, quizás por el clima seco y los fuertes vientos que golpean sobre las nubes- . En esas ocasiones, detenía el auto en medio de la ruta y, mientras el cielo se encendía con colores tornasolados que cambiaban a cada momento, mis sueños y utopías se entremezclaban con las nubes. En esos momentos imborrables la injusticia social ocupaba un lugar en mi mente y desde entonces nunca dejó de ocupar ese lugar.
(De la Conferencia Internacional Paul D. White, noviembre de 1998)

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Nunca recibí distinciones a título personal. Para mí el "nosotros" siempre estuvo por encima del "yo".
(De la conferencia "Marginalidad y pobreza de cara al tercer milenio", Universidad del Litoral, noviembre de 1997)

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La prevención y el control de enfermedades son fundamentales para el mejoramiento continuo de la salud de la población. Para ello se deben tomar medidas destinadas a producir cambios en el nivel de vida de las poblaciones marginadas y eliminar las desigualdades evitables e injustas en términos de salud y bienestar individual y colectivo, demanda persistente y creciente de las sociedades latinoamericanas.
(De la Conferencia del Congreso Interamericano de Cardiología, agosto de 1999)

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Es imprescindible organizar la cooperación internacional entre los países desarrollados y en desarrollo y luchar todos juntos por una sociedad mejor, con mayor equidad y justicia social, que haga posible respetar y defender -junto con las demás conquistas sociales- el derecho inalienable del hombre a gozar de buena salud.
(De la Conferencia internacional sobre la salud del corazón en los países en desarrollo. Una agenda para la acción para el siglo XXI, Nueva Delhi, India, 1999)


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Reconocimientos y distinciones
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Favaloro fue miembro activo de 26 sociedades, correspondiente de 4, y honorario de 43. Recibió innumerables distinciones internacionales entre las que se destacan: el Premio John Scott 1979, otorgado por la ciudad de Filadelfia, EE.UU; la creación de la Cátedra de Cirugía Cardiovascular "Dr René G. Favaloro" (Universidad de Tel Aviv, Israel, 1980); la distinción de la Fundación Conchita Rábago de Giménez Díaz (Madrid, España, 1982); el premio Maestro de la Medicina Argentina (1986); el premio Distinguished Alumnus Award de la Cleveland Clinic Foundation (1987); The Gairdner Foundation International Award, otorgado por la Gairdner Foundation (Toronto, Canadá, 1987); el Premio René Leriche 1989, otorgado por la Sociedad Internacional de Cirugía; el Gifted Teacher Award, otorgado por el Colegio Americano de Cardiología (1992); el Golden Plate Award de la American Academy of Achievement (1993); el Premio Príncipe Mahidol, otorgado por Su Majestad el Rey de Tailandia (Bangkok, Tailandia, 1999).

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Favaloro en la cultura popular
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En televisión

* Favaloro también participó en programas educativos para la población, entre los que se destacaba la serie televisiva Los grandes temas médicos, y las numerosas conferencias que presentó en la Argentina y en el exterior, sobre temas tan diversos como medicina, educación y la sociedad de nuestros días.

* En septiembre de 2007 en un programa llamado El Gen Argentino, (en el cual se elegía quien es el argentino que más hizo por ese país y su gente) Favaloro estuvo como finalista ante grandes personajes argentinos quedando así en segundo lugar y primero el General José de San Martín, al cual Favaloro admiraba tanto que escribió una obra sobre él. En este sitio web se muestran los resultados de este ranking votado por argentinos en donde el Gral. San Martín y Favaloro cruzan sus miradas en lo alto.


En la música

* El grupo Attaque 77 dedicó a Favaloro su canción Western la cual habla de el como la pérdida de un "héroe de verdad". La canción se hizo muy popular y hoy es ícono de este grupo de Punk-Rock Argentino.


Cita :
Y pensar, que fue maestro del bypass, y murió de un disparo al corazón.

Extracto de Western, por Attaque 77.



* También cabe destacar otro homenaje realizado por la Bersuit Vergarabat, con la canción La argentinidad al Palo, ubicada en el álbum homónimo, en la cual se entrega a una suerte de coctelera de vicios y virtudes autóctonas, pero en el final resalta las características del argentino más grande haciendo referencia a la muerte del Dr. René Favaloro como el mayor acto de simbolismo patriótico realizado.

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Obras
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* René Favaloro publicó más de trescientos trabajos de su especialidad.
* Debido a su pasión por la historia llegó a escribir dos libros de investigación y divulgación sobre el General San Martín.
* Surgical Treatment of Coronary Arteriosclerosis. Fue publicado en Baltimore, EE.UU. por la editorial Williams & Wilkins en 1970.

La versión en español fue titulada Tratamiento Quirúrgico de la Arteriosclerosis Coronaria y fue publicado por la editorial Intermédica en 1973 y la traducción fue realizada por Roberto Carlos Vedoya.

* Recuerdos de un médico rural. Fue publicado en Buenos Aires, por Torres Agüero Editor en 1980. La ilustración de la tapa es de Hermenegildo Sabat.
* ¿Conoce usted a San Martín? Publicado en 1986 en Buenos Aires por Torres Agüero Editor.
* La Memoria de Guayaquil. Fue publicado en Buenos Aires, por Torres Agüero Editor en 1991.
* De La Pampa a los Estados Unidos. Fue publicado por primera vez en 1992 y la octava edición salió en 1996 a través de la Editorial Sudamericana.

La versión en inglés fue titulada The Challenging Dream of Heart Surgery fue publicado en Boston, EE.UU. por Little, Brown and Company en 1994 y la traducción al inglés fue realizada por Peter Willshaw.

* Don Pedro y la Educación es un libro publicado en Buenos Aires, por el Centro Editor de la Fundación Favaloro en 1994.