OPINIÓN
JORGE LANATA CLARIN
“¡Devolvé la bolsa!”, el grito que Felisa Miceli se
cansó de escuchar
POR JORGE LANATA
El martes 5 de junio
de 2007, a
las seis de la mañana, su vida cambió para siempre. Fue ese día cuando personal
de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal encontró, durante una
inspección de rutina, miles de dólares, pesos y euros en el baño de la entonces ministra de
Economía.
Ciento cuarenta mil
dólares, cincuenta mil euros y cien mil pesos detallamos entonces con Luciana
Geuna cuando informamos sobre el hecho en Perfil. Eso decía el acta que labró
la policía aquella mañana en medio del escándalo.
El acta fue destruida por orden de Felisa Miceli . Un segundo testimonio dio cuenta de otra cantidad de
dinero: 100.000 pesos y 31.670 dólares. La cifra era menor pero el problema
seguía siendo el mismo: ¿Qué hacía esa cantidad de cash en el
baño ministerial?
La mujer de la bolsa
fue víctima de la sorpresa. Sus explicaciones fueron confusas y
contradictorias: primero dijo que el dinero era de ella, estaba en su
declaración jurada de Ganancias y era para comprarle un departamento a su hija . Ninguna de las agendas secuestradas
durante el allanamiento mencionaba una cita inmobiliaria. Después dijo que era
dinero para comprar su propia casa y que lo había dejado en el baño de la
oficina para depositarlo a la mañana siguiente en el Banco Nación. Más tarde
dijo que el dineroera un préstamo de su hermano
Horacio, conocido comerciante del mundo de los laboratorios.
Meses después del
escándalo, cuando ya era ex ministra, declaró ante Servini de Cubría que el
dinero era un préstamo de su otro hermano, José Rubén, a quien habían intentado
proteger del escándalo porque era víctima de una enfermedad. A esa altura ya se
sabía que el lote 38057 BCO30, el fajo termosellado de los cien mil pesos con
la referencia del Banco Central, había llegado a Miceli por una ruta ilegal . Los ejecutivos de la financiera
Cuenca declararon ante la Justicia haber recibido el lote pero, según dijeron,
nunca había salido de ahí, y ni Horacio Miceli, ni Felisa Miceli ni su esposo,
el Pacha Velasco, tenían cuenta en el lugar.
La realidad se colaba
por los costados: en Radio del Plata Verónica Castañares leía el mensaje de un
oyente: “La bolsa de Felisa era una coima del Banco Hipotecario por un trabajo que una señorita hizo
para la financiera Cuenca. Cien mil fue la parte que le tocó a Felisa pero
salieron trescientos mil en total, que se dividieron para otras partes”. Otros
veían en el escándalo el resultado de una interna entre De Vido y Alberto
Fernández.
“Nunca pensé que esto
iba a llegar a tanto”, le dijo Felisa el pasado 6 de octubre a FM Identidad.
“En un país donde mueren cincuenta personas en una tragedia ferroviaria, donde
pasan tantas cosas, que la Justicia jorobe con esto me parece un poco
raro. Todo el país sabe que esto fue una cama”.
“Felisa ya fue. Esta
muy sola, el juicio lo va a perder”, le dicen aClarín quienes todavía la frecuentan en el
exilio del poder.
“Le pasó por boluda,
por inexperta”, dicen otros allegados. “Y cometió el peor de los errores: le
mintió a Néstor diciéndole que la plata era suya”.
La primera mujer
ministra de Economía de la Argentina tiene hoy sesenta años y será, también, la
primera funcionaria kirchnerista en llegar a un juicio oral, el próximo lunes a
las 10,30 en el SUM de los tribunales federales de Comodoro Py con transmisión
en directo por internet.
Según comentó Sergio
Schoklender a Clarín esta
semana, Felisa llegó a las Madres por una propuesta suya, “y Hebe lo consultó
con Néstor, quien dio el OK”. “Le planteamos que se hiciera cargo de la
dirección financiera de la fundación”, dice. “Cuando yo renuncio a la Fundación
en mayo de 2011 y lo echan a Pablo, Felisa se queda con el contador Roberto
Domínguez, puesto por Boudou, a cargo de toda la gestión. Y la vacían.
Se chorearon más de 200 millones de pesos. Junto al Barba
Gutiérrez (intendente de Quilmes), arman un fideicomiso trucho y la plata va a
parar ahí. Dejaron a 6.500 familias en la calle”, agrega Schoklender.
“Las Madres hoy somos
felices porque nuestros hijos están en ellos, los que están trabajando”, dijo
Hebe de Bonafini en abril del año pasado, durante un acto. “Nuestros hijos son Amado
Boudou y Felisa Miceli , los
sentimos nuestros”.
Miceli, que escuchará
desde el lunes las declaraciones de 60 testigos, está imputada en otras causas
judiciales: en una de ellas está acusada por presuntas irregularidades en la
venta del frigorífico Santa Elena a la firma Santa Elena Alimentos SA, que se
concretó a través de un acta del directorio del Banco Nación firmada por Miceli
a cargo de la presidencia en 2005. La operación se concretó por 3.500.000 pesos mientras
el valor de mercado era de al menos veinte millones .
También fue denunciada
por el uso indebido de custodias y autos oficiales cuando ya no estaba a cargo
del Ministerio de Economía. Hoy conduce el CEMOP (Centro de Monitoreo Económico
y de las Políticas Publicas) que depende de las Madres. Sigue viviendo en
Amenábar al 3.900 del barrio de Saavedra y figura como categoría F del
monotributo ( con una facturación de hasta 96.000 pesos anuales ). Ya casi nadie le grita por la calle
“¡Devolvé la Bolsa!” y su rostro suena vagamente conocido. El lunes la luz
volverá a posarse sobre él.
Iinvestigación: JL/
María Eugenia Duffard/Amelia Cole
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Demasiadas sinvergüenzuras y no pasa nada. ¡Qué gobierno de bandidos! Inaudito...