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JUAN YÁÑEZ les da la más cordial bienvenida. Es éste otro testimonio de una pasión urbana...esencialmente lo porteño, lo argentino, lo latinoamericano y también el universo todo...

viernes, 22 de abril de 2011

LA CASA DE LA TÍA MARÍA

Nosotros cuando niños..., por orden de nacimiento: Juan, Marta y RicardoYáñez
Juan Yáñez
Serie: Recordando nuestra niñez

Mamá, Sofía Gonzalez de Yáñez,
en su juventud. (1935)
                               Algunos domingos, siendo niños, mamá nos llevaba a pasar el día  en casa de su hermana María, en el barrio de Mataderos, en Buenos Aires. Estaba y aún hoy se mantiene en pié en la calle Oliden 1145 y  su puerta solo se cerraba por las noches, cuando ya era hora de acostarse y se abría temprano en la mañana.
 No tenía timbre eléctrico, sin embargo hubo un tiempo en que si alguien  se asomaba apenas  al dintel de la puerta un tero, el ave  que en Venezuela se conoce por alcarabán,  alertaba a los de adentro con sus destemplados graznidos la presencia de algún visitante.  El propio tío Aladino, que se apellidaba Corzo −el esposo de la tía María−, reconocía que no había mejor portero.
Las hermanas González Frojan, con su madre.Desde la izquierda: Josefa, Sara, la madre Dolores, María (la célebre tía María)  y Sofía (mi madre)
Foto principios años 50.



Al igual que  otras de esa época y de las barriadas populares, esta casa  era  larga y angosta. Al entrar, en un pequeño jardín había una mata de nísperos que al madurar sus frutos hacían nuestra delicia.   Las habitaciones se sucedían una tras otra, frente a una galería cubierta que limitaba a un patio embaldosado. Al fondo el infaltable  gallinero, e inmediatamente antes,  el baño que consistía en una poceta a la turca. No había lavamanos,  afuera  estaba la pileta de lavar la ropa que cumplía esta función. Por la noche era necesario llevar una vela, hasta allí no llegaba la luz eléctrica.
Los hermanos Yáñez (1950)

 Era una casa sencilla, de gente franca y trabajadora y con buena disposición. Estábamos  a  fin de los años  cuarenta y principios de los cincuenta, cuando todavía en Mataderos había  algunas calles de tierra. Era un suburbio de la propia ciudad capital, lejos del centro y con sus barrios aledaños. Allí aún me tocó ver los últimos vestigios rurales que en los confines de la ciudad que todavía existían. Recuerdo perfectamente la recua de vacas con sus terneros que por estas calles  pasaban vendiendo  la leche que allí mismo ordeñaban. Lo mismo la manada de pavos que recorrían las calles al lento paso de estas aves,  bajo el cuidado de su propietario,  que los ofrecía en venta. Poseía éste un gancho de grueso alambre para atrapar a los animales por sus patas,  cuando algún vecino se interesaba en comprar.

María Elena y Mingo Corzo
en su Primera Comunión.
Habitaban esta casa además de la tía María y su esposo,  sus hijos, −nuestros primos−. Ellos eran Francisco "Paco", el mayor. Domingo "Mingo" el del medio y María Elena, la menor. Ella, ya una señorita muy cariñosa y dulce.   Los varones eran ya hombres cuando nosotros éramos todavía niños.
Alguna vez, nuestra madre nos contó risueñamente lo que sucedía con estos primos varones, − cuando niños− al volver de la escuela. Empezaré relatando que la tía María era el principal sostén de la familia. Ella  era en extremo trabajadora, se pasaba el día y parte de la noche frente a una máquina de coser,− una Singer a pedal− confeccionando  sostenes de mujer, que allá se denominaban  corpiños.  Trabajaba sola en su casa por cuenta de terceros que le llevaban la tela cortada, para que ella confeccionara estas prendas y le pagaban por producción. Eran épocas difíciles y la tía debía producir lo suficiente para mantener a su familia, ya que el tío Aladino no trabajaba o lo hacía irregularmente. Además se ocupaba de todos los oficios de una casa y entre ellos estaba el cocinar. Por ello,  siempre con escaso tiempo para las labores domésticas, trataba de hacer  aquello que demandara el menor tiempo en su preparación.
María Elena y su esposo,
            en su boda.


 Casi todos los días de la semana su repetitivo menú consistía en un exquisito plato llamado puchero, que no es otra cosa que un hervido de  diferentes hortalizas y carne,  de sencilla y rápida elaboración. Fue entonces que mis primos,  al regresar  de la escuela a su casa,  Mingo acostumbraba a  adelantarse  para curiosear y comunicar a su hermano antes de que este  llegara  lo  que había de almuerzo ese día., con la esperanza   de un cambio en el menú, que por lo monótono no resultaba grato……
Francisco "Paco" Corzo (1950)
 Frustrada esperanza, siempre era puchero, y a voces,  por poco llorando Mingo,  más o menos siempre exclamaba: −¡PACO, OTRA VEZ  PUCHERO!!!...... y protestando, hambrientos se sentaban a la mesa, reclamando a su madre e instándola a que prometiera al otro día cambiar de plato, mientras ella  afectuosa  y sonriente les servía la comida y les decía: −Mañana, les voy a preparar lo que a ustedes les gusta…… ,−pero si tengo tiempo−…..,aclaraba. Era entonces cuando los hermanos al final callaban y comían en silencio aquello que su madre sacrificada y generosa   les había preparado con toda dedicación y esmero. 
Paco y Aladino manipulando un Wincofon
Llegábamos a esta casa a media mañana felices y dispuestos a gozar de nuestra estadía. .  Ya desde temprano, el tango se oía allí. Provenía de un  aparato de radio, sintonizado en Radio del Pueblo, la emisora   exclusivamente tanguera , que mis primos habían encendido a primera hora  y que apagarían por la noche. Ellos  eran tangueros a muerte.
 Es extraño que aún recuerdo comentarios que le hacía Paco a Mingo sobre la incorporación del cantor Edmundo Rivero −en esa época poco conocido−,  con su voz abaritonada  a la orquesta de Aníbal Troilo. 
Esa era la novedad en 1948, hace casi   sesenta años. Aún hoy escucho los domingos en mi casa aquellos tangos. Ahora me agrada lo que no me gustaba antaño  y por sobre todo aprecio la ingenuidad de sus letras. Era una época diferente, de la que solo quedaron recuerdos, nostalgias, la amena reminiscencia  de aquellos años cuando estábamos todos, con la excepción de los que vinieron después.
El almuerzo de los domingos en casa de la tía, consistía en ravioles caseros de acelga y sesos con tuco, (salsa de tomates) de carne estofada. Exquisito plato que todos ayudábamos a preparar. (No recuerdo que haya cambiado alguna vez ese menú) Después la sobremesa en la que se conversaba y se reía.
Mingo Corzo y su Isetta

 Algunas veces,  al terminar esta,  Mingo, −quien era piloto de aviones  −y posteriormente corriera el Gran Premio ACA de 1965 y 1966 con un BMW Isetta 300 (un auto minúsculo) y se hiciera famoso-- se despedía de nosotros   para ir al Aeroclub,  donde alquilaba una avioneta. Al salir nos advertía, señalando al cielo: −Esten atentos, que dentro de un rato pasaré con el avión……. Y era cierto, más tarde se oía el motor de un avión y alguien exclamaba: −¡¡¡Es Mingo, ……es Mingo!!!…− Ruidosamente salíamos al patio y al observar el cielo veíamos distante al avión anunciado que volaba en círculos, mientras Mingo  se comunicaba con nosotros agitando  una toalla, a través de la ventanilla.


Desde la izquierda: "Paco" Corzo, Josecito Juiz, su novia María Edith,
Eduardo Lausse, mi padre y Tino Porzio.
Paco fue un excelente  y calificado sastre y laboraba en la sastrería de nuestro común primo, Josecito Juiz,  y  Mingo un gran aventurero, sumamente inteligente, que además de pilotar aviones, lanchas y autos de carreras, fue paracaidista, mecánico, ingeniero sin diploma, inventor, diseñador y hasta  funcionario de policía. 



Mingo con su uniforme de piloto
Murió joven, en una cama, del Hospital Borda, de meningitis, lejos de los riesgos en que se jugó tantas veces la vida. Paco también murió prematuramente, de un cáncer que no le dio tregua.
El tío Aladino en su época de gigoló


El tío Aladino, al que recuerdo gratamente por su  amable y cariñoso carácter. El tío tenía fama  de no ser un entusiasta del trabajo. Sin embargo  esa conducta  a mi tía no le importaba. Si oía alguna crítica, la ignoraba y si alguien  se lo decía en su cara, con   toda tranquilidad, amabilidad  y aplomo le contestaba que ella amaba a su esposo y lo aceptaba tal como era. Esa era otra   innegable  virtud de la tía.
Mi madre, (1ra. de la izq). a los veinte años...
La Casa de la Tía María (fotos recientes, año 2011)


María Elena en la actualidad  (pasa los 80)
Oliden 1145, en Mataderos. El frente de la casa
muy diferente al de antaño
El patio
La que fuera cama de Paco en su juventud
La auténtica máquina de coser de la tía
Otra vista del interior de la casa
Posando en el patio, pasaron más de 60 años...
La cama matrimonial de la tía



Material Gráfico: Familia Corzo, Familia Yáñez y Juan Yáñez  

sábado, 2 de abril de 2011

LA CARTA DE SUICIDIO DEL DR. RENÉ FAVALORO


EL BLOG OPINA:
                              ¿Como se reemplaza un médico de estos quilates? Su trágica decisión nos dejo un vacío imposible de llenar. Por sobre todo por su calidad humana, esa que no se aprende en las universidades. Valga este sacrificio para que los argentinos tomemos conciencia de las lacras que asolan a nuestro país. Hasta cuando medrará aquello que Favaloro denuncia con pelos y señales. Ahí están todavía, plenamente identificados y con un cinismo insolente y perverso. Repetimos: ¿Hasta cuándo..? 
                                
Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está
claro que mi regreso a la Argentina (después de haber
alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces.. Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Güemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles.


Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo. En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces.
 La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada).

Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente.

Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía.

A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando,
a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno,  que agradecían nuestro trabajo.

Este era nuestro único contacto.

A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción  nos ha dado y luego la construcción del
Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.

Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado.



La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados
hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina
(parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna
naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.
  
¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!

Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.

Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.


Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; 
la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí
directamente).
 
Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en
estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda.
 

El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.
Lo mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.

Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple:
el pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus
deseos de que yo lo opere. 'Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?'. 
'Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe'.
El cirujano 'de real valor' además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los
honorarios!

Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las 'indicaciones' de su cardiólogo. '¿Doctor, usted sigue operando?' y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre.

Muchos de estos cardiólogos, son de prestigionacional e internacional.
Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna 'lecture' de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos.
Pero aquí, vuelven a insertarse en el 'sistema' y el dinero es lo que más les interesa.
 

La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los
porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los
métodos de diagnóstico no invasivo (Holter eco, camara y
etc, etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc.,
están incluidos.. 

No es la única institución. Médicos de la Fundación me han
mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle 'la operación económica' y entregará el sobre correspondiente!.

La situación actual de la Fundación es desesperante, millones
de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes
de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir
'no hay camas disponibles'.
Nuestro juramento médico lo impide.


Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por
las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, 
las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses.. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se
complica.

En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas, pueden
realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben.


Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de
100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando.


Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y
luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro
instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a
Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero
por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy
esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de
dólares, pero para una institución que ha entrenado
centenares de médicos desparramados por nuestro país y
toda Latinoamérica, no hay respuesta.
 
¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente? 


Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene
su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar.

La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de
renuncia a la C. Clinic , le decía al Dr. Effen que sabía
de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que
Don Quijote era español!

Sin duda la lucha ha sido muy desigual.

El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a
resquebrajarse.


Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos,
algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro
recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que
para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al
´sistema'.
  
Colegio Nacional de La Plata


Sí al retorno, sí al ana-ana.

'Pondremos gente a organizar todo'. Hay 'especialistas' que
saben como hacerlo. 'Debes dar un paso al costado.
Aclararemos que vos no sabes nada, que no estás
enterado'. 'Debes comprenderlo si querés salvar a
la Fundación' 
¡Quién va a creer que yo no estoy enterado!
En este momento y a esta edad terminar con los principios
éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores
me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar,
prefiero desaparecer.

Joaquín V. González
Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos
entregaba al recibirnos: 'a mí no me ha derrotado nadie'. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo
selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. 
El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo.
'¡La leyenda, la leyenda!'
Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue
expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga.
 
Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción
de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi
inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años
en Jacinto Arauz.

Estoy cansado de luchar y luchar,  galopando contra el viento 
como decía Don Ata.

No puedo cambiar.

No ha sido una decisión fácil pero sí meditada.

No se hable de debilidad o valentía.
  
El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable,
con ella me voy de la mano.

Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le
pido que tenga un poco de piedad.

Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me
presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico
rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me
recuerden así.
 
Favaloro ponchito

En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades
nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir
respuesta.

En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con
asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las
primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores
fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara.

A mi familia en particular a mis queridos sobrinos, a mis
colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77
años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando
por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.

Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente
sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos
a Jacinto Arauz, allá en La Pampa.

Queda
 terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o
civiles.

Un abrazo a todos

René Favaloro
 agradecimientos a: Osvaldo Losada Yáñez,   profesionalesetica.org   vitae.ucv.ve  viajeros.com   sioquincenal.blogspot.com   blogsdelagente.com   potroargentino.com   salsoc.org.ar   turismoenba   cardiopatia.com   argentinadelockers.com.ar   entretengo.com   matagenics-lista-productos.   mundonets.com   contintanorte.com.ar