ROMA (Reuters).- Francisco regresó ayer
al Vaticano tras un retiro de seis días en un convento en la localidad de
Ariccia, a 20
kilómetros de Roma, donde cumplió los tradicionales
ejercicios espirituales de la
Cuaresma. Esta vez, el retiro coincidió con el primer
aniversario del pontificado, que Francisco decidió festejar de manera muy
sobria pidiendo vía Twitter que recen por él.
Para el viaje de
regreso a la Ciudad
del Vaticano, como es habitual en él, el Papa no usó autos de lujo ni limusinas,
sino que se subió al mismo ómnibus en el que viajaban los otros miembros de la
curia romana que habían compartido el retiro con él. Además, por primera vez
los habituales ejercicios espirituales de Cuaresma se realizaron fuera del
Vaticano y cada uno de los 80 asistentes tuvo que pagar de su bolsillo los
gastos de la estadía.
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