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JUAN YÁÑEZ les da la más cordial bienvenida. Es éste otro testimonio de una pasión urbana...esencialmente lo porteño, lo argentino, lo latinoamericano y también el universo todo...

martes, 25 de octubre de 2016

La leyenda del velero Don Quijote que Perón quería regalarle a Evita.



Crónicas del nuevo milenio

Marina Artusa Clarin.comOpinión22/10/16

  Velero Don Quijote, una joya histórica de la navegación. 

  Moribundo, dice que lo encontró. Moribundo y travestido de lujos y oropeles corroídos por el abandono. Así fue cómo Ludovico Visone, un abogado italiano, halló el velero Don Quijote, una joya histórica de la navegación a vela diseñada en los años ’50 por el argentino Germán Frers, el exquisito diseñador de yates admirado en el mundo entero.

Visone, un apasionado de los veleros originario del Cilento -esa mítica región al sur de Nápoles conocida como la tierra de los inmortales por el alto porcentaje de longevidad de sus habitantes-, se enamoró de Don Quijote en un puerto cercano a Fiumicino, Roma: “Fue amor a primera vista, y luego descubrí que tenía un pedigree, una historia interesante. Lo compré y lo llevé a un astillero donde se hizo una restauración filológica. Conseguimos los planos de Frers, en Argentina. Intentamos devolverle la dignidad a un barco que merece navegar” -dice Visone-. “Cuando descubrimos su historia, cuando me dijeron que era un velero que Perón había mandado construir para Evita, pusimos mayor atención. Fue como cuando uno mira a los ojos y se enamora, y no ve nada alrededor. Así sucedió con este velero.” Visone muestra un libro: el de los cien barcos más bellos del mundo. Allí, en la página 84, figura Don Quijote con su ficha técnica, los 17 metros de largo y el motor Yanmar 4JH2 con una potencia de 106 CV que se pusieron en marcha en el astillero Arsenal Naval de Buenos Aires en septiembre de 1953.


En esas páginas se sugiere que el primer dueño fue un tal doctor Sigall, “muy amigo del presidente Perón, de quien muy probablemente fuera testaferro”, dice el libro. Y agrega: “Nacida como una embarcación de regata (su trazado recuerda a aquel de Sparkman & Stephens), durante varios años alcanzó notoriedad por ser uno de los veleros más veloces de América del Sur.” Como la cachetada que Libertad Lamarque habría descargado por rivalidad sobre la Eva Duarte actriz o el “Volveré y seré millones” que Evita jamás pronunció en vida, otro mito-leyenda asoma allende los mares en el horizonte peronista: el del regalo de reconciliación del General que la muerte, temprana y despiadada de Eva no permitió consumar. “Tengo entendido que Perón y Evita estaban algo distanciados y que él mandó construir esta barca a vela para ella en señal de acercamiento -dice Visone-. Ella ya estaba muy enferma y murió antes de que el velero se botara. Pobrecita, no llegó a poner un pie en él.” Imposible rastrear registros históricos sobre el supuesto encargo. En la partida de nacimiento del velero figura que fue encargado y construido en 1952 y que puso un pie en el agua el 27 de septiembre de 1953.

“En el archivo del Instituto Eva Perón y en la memoria de los familiares de Evita no consta ese hecho, ni en ningún testimonio posterior -dice Pablo Adrián Vázquez, historiador y académico del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón-. Menos el hecho de un deterioro en su relación y que ello debiese ser compensado con un barco, amén que Eva falleció el 26 de julio de 1952.” Visone es esquivo a la hora de detallar cómo dio con Don Quijote y cuánto lo pagó. En 2014, el velero histórico figuraba entre las 130 barcas vip ofrecidas por un sitio online de venta de bienes lujosos -Markagain- como una esplédida barca a vela de época construida en Buenos Aires y botada en 1953 por orden de Eva Perón quien, según la reseña, murió a los 33 años en 1952 y no llegó a verla. “Visible en el puerto de Roma, está en venta por 300 mil euros (más iva)”.



El investigador e historiador Roberto Baschetti, un referente en el peronismo histórico, coincide con Vázquez: “Para mí esta idea del velero de Evita es una novedad. Ni de oídas ni de mentas sabía de este posible hecho”, dice.

Cuando lo compró, Visone lo llevó a Sorrento, al Antico Canitere del Legno di Giovanni Aprea, una eminencia en la restauración de embarcaciones de madera desde 1760. “Las condiciones en las que encontré el velero eran despiadadas. Estaba moribundo. Era un velero anónimo.El trabajo más grande ha sido el de quitar todo lo que le habían agregado, como aires acondicionados y hasta un baño, para mejorar su confort. No hemos agregado nada. Tenía soluciones técnicas que para la época eran muy avanzadas como el aparejo vélico.” “El Don Quijote es un velero que diseñó mi padre para un señor que se llamaba Sigal -sin doble ll- y que nada tenía que ver con Perón”, dice Germán Frers, hijo del legendario fundador que le dio nombre propio al estudio que aun hoy es considerado pionero y líder en diseño de yates.

Frers padre había tenido un astillero propio junto a su primo Ernesto Guevara, papá del Che, pero un incendio sin seguro que lo cubriera aniquiló el proyecto y la sociedad entre parientes. “Sigal se murió hace unos años -dice Germán Frers hijo desde St. Tropez, donde está participando en una regata-. Además, Perón no era un hombre de mar.” David Sigal W. figura como el timonel del Don Quijote cuando ganó el premio General Benito Nazar, en 1954. El Don Quijote fue modificado entre 1963 y en 1979. Su tercer dueño, Felix Cordoba Moyano, sustituyó el módico amoblamiento original y lo transformó en un crucero: los dos mástiles de madera fueron sustituidos por dos de metal. “Tenía solamente estos mástiles bellísimos, que se veían aún, pero que estaban percudidos por el sol. El velero estaba completamente quemado, además tenía un pozo hecho con la rueda del timón, y le habían cambiado completamente el concepto de velero -cuenta Visone-. Tenía, con todo el equipamiento que le habían puesto, 4.000 kilogramos de más, que lo ponían fuera de su eje. Ahora flota perfectamente. Le restituímos su dignidad.” Sigue su actual dueño: “Este es un velero espartano, con la filosofía del yachting de los años ’50. Ahora lo recuperamos y pensamos competir en regatas, primero por el Mediterráneo, y luego veremos. Esta barca cruzó el Atlántico cinco veces, porque luego de Evita la tuvo un médico brasileño que vivió en ella hasta el ’92, e iba y venía entre Brasil y Argentina.” En 1993 cambió de dueño y fue llevado a Italia. Pasó nueve meses en el Astillero Beconcini donde fue reestructurado completamente con los distintos tipos de madera argentina que había utilizado Frers.

En 1994 participó por primera vez de la tradicional regata de veleros de época que se celebra todos los años, desde 1986, en Imperia, una ciudad preciosa de Liguria, algo opacada por la fama de su vecina San Remo, aunque bellísima. “La restauración costó muchísimo, más de lo que pagué por el velero -dice Visone. Unas cuatro veces más que el precio de la de la barca. Pero la señorita lo merecía. Espero poder llevarla pronto a Buenos Aires.” En los archivos del Yatch Club Argentino, de los 5.669 números de vela registrados, el Don Quijote tiene el 346. En el puerto de Acciaroli, en Cilento, allí donde Visone pasa sus vacaciones en familia, el Don Quijote despliega su A346 estampado en la vela y Enzo, el joven napolitano que maneja el velero y se ocupa de las cuestiones domésticas -tiene cocina, hornallas, horno, heladera y hasta tomacorrientes de 12v- iza la bandera argentina.


Colegas, vecinos y curiosos se acercan a la amarra para chusmear “la barca de Evita Perón” restaurada con maderas originales, opacas, que Visone sólo deja pisar a quien suba descalzo. Visone admite que no se documentó para nada sobre la veracidad de la historia del encargo de Perón para Eva. Nadie, hasta esta crónica, lo había desmentido. Mejor dejar rodar una más de las leyendas peronistas.
                                             

viernes, 26 de agosto de 2016

Horacio Salgán: el eslabón perfecto entre la tradición y la modernidad del tango



El pianista fue un caso de estudio y referencia de todos los músicos populares por su original estilo.

Gabriel Plaza LA NACION. 19 DE AGOSTO DE 2016 •

                                    "Lo conozco hace muchísimos años, ya ni sé cuántos, lo admiro y le tengo un profundo afecto. Para mí es una gran figura. Yo no soy experto, pero si usted me pregunta, le diría que las tres figuras históricas del tango son Carlos Gardel, Horacio Salgán y Astor Piazzolla", decía Daniel Baremboin, cuando se cumplió el centenario del nacimiento de Salgán, en junio último. El compositor y pianista murió hoy. (19 de agosto de 2016)

Barenboim no se equivocaba. Salgán fue una de las figuras claves para el tango. En esa santísima trinidad tanguera, la obra del pianista, arreglador y compositor brilla con una naturaleza propia. Su obra marcó de forma indeleble el tango del siglo XX y asomó al del siglo XXI con una fuerza original y un sonido de avanzada, a partir de sus formaciones junto a Ubaldo de Lío, su orquesta con la voz de Edmundo Rivero o su formación del Quinteto Real.

Hace más de una década que el pianista se había retirado de los escenarios. Su legado artístico, que había dejando con su última formación del Quinteto Real, lo continúa su hijo César Salgán. "Sólo toca para él y está tranquilo", confesaba este último en el documental Salgán & Salgán (2015), de Caroline Neal, sobre la vida cotidiana del maestro tanguero.


Ese documental sobre su vida personal y la relación sobre su hijo fue la última aparición oficial del genio revolucionario y permitía indagar mejor sobre su genio. Salgán fue un caso de estudio por su longevidad en el género y un ADN tanguero que marcó su obra ¿Cómo se puede ser el más tradicionalista siendo uno de los más vanguardistas? Alcanza con escuchar sus arreglos de "Hotel Victoria" y "Boedo" para el Quinteto Real; las versiones instrumentales de "Recuerdo", "Ojos negros" o "Mi refugio" para su orquesta; o "La cumparsita", "El entrerriano" y "A Orlando Goñi", para el dúo con su socio musical Ubaldo De Lío.

Horacio Salgán inventó una manera de tocar y una manera de arreglar que transformaron sus obras en estándares del tango. Tenía un estilo único en el piano, fino y virtuoso, que lo convirtió en uno de los referentes más importantes de la cultura musical argentina. Mamó de sus predecesores en el género, así como del jazz, del folklore y de la música brasileña.


Era un compendio de educación musical, admirador de la ópera y de los grandes compositores de la música clásica. Todo ese mundo sonoro resonaba en sus tangos, en sus modulaciones, en su compás, en su melodismo y en su fina inspiración compositiva. Escuchar un tango de Salgán otorga la posibilidad de entrar en una catedral modernista de Gaudí. Tiene una dimensión sónica nueva, que no se olvida sin embargo del barrio de tango que lo vio nacer, de ese tango que imaginaron Gobbi, Bardi, Troilo y hasta Pugliese: un tango, en definitiva, que perdurará por siempre.

domingo, 17 de julio de 2016

Malvina Vernet, la primera argentina nacida en las Islas Malvinas

Publicado el 05.02.11 La Nación- Historias Inesperadas 

Malvina Vernet
La foto corresponde a Malvina Vernet, la primera argentina nacida en las Islas Malvinas. Era hija del gobernador Luis Vernet (por tratarse de una comandancia, su cargo oficial era “comandante político y militar”) y Mariquita Sáez.
Cuando Vernet recibía el nombramiento, el matrimonio viaja con sus tres hijos a la isla y allá nacía  Malvina, el 5 de febrero de 1830, quien fue registrada como Matilde Vernet; aunque, por ser oriunda de las islas, siempre fue llamada Malvina. A partir de ella surgía el nombre.
La primera Malvina de la historia, registrada en forma oficial, fue una de sus hijas; y es tradición en la familia que al menos una integrante de cada generación lo lleve.
En 1833 los ingleses se apoderaron de las islas cuando los Vernet ya habían partido. La familia pasa una temporada en Río de Janeiro (Malvina baila en una fiesta de disfraces con Tomás Guido, el amigo de San Martín) y regresaron a Buenos Aires: vivían en Florida entre Viamonte y Cordoba. Luego se mudaron a una casona en 25 de Mayo entre Corrientes y Cuyo (hoy Sarmiento), que tenía salida directa al Paseo de Julio (avenida Alem).
Además, Luis Vernet compra una quinta en San Isidro. El terreno estaba delimitado por Libertador y el Río (que llegaba al Tren de la Costa) y por Martín y Omar y Belgrano.
En Uruguay, Malvina conocía al capitán estadounidense Greenleaf Cilley. Se casaron y viajaron al país del norte, donde el marido actua en la Guerra de Secesión.
Malvina Vernet fue la única argentina presente en la función en el teatro Ford, en Washington, cuando asesinaron a Abraham Lincoln, el 14 de abril de 1865.
Poco tiempo después, la familia Cilley Vernet se instala en San Isidro. Malvina dona una franja de la quinta hasta el río para la construcción del Paseo del Tala, que lleva ese nombre por contener un tala que planta Luis Vernet, el padre de Malvina.

APENDICE:  María (Mariquita) Sáez de Vernet, madre de Malvina Vernet.

María Sáez Pérez de Vernet (Montevideo, 19 de noviembre de 1800 - Buenos Aires, 20 de octubre de 1858) fue la esposa de Luis Vernet, primer Comandante Político y Militar de las Islas Malvinas, como parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata, actual Argentina. Se conserva hasta la actualidad el "Diario de 1829 en Malvinas" escrito por María durante su residencia en Puerto Soledad, Islas Malvinas, que contaba sus impresiones, los primeros pasos de su hija Sofía, el embarazo y nacimiento de Matilde, sus amistades y el día a día del asentamiento argentino. El diario de María, junto a otros documentos y cartas son conservados en el Archivo General de la Nación. Debido a sus escritos es considerada como la «cronista de la soberanía argentina en las Malvinas».
Biografía
Nació en Montevideo, actual capital de Uruguay, siendo hija de Francisco Sáez, un acaudalado negociante, y Josefa Pérez. Tenía un hermano llamado Loreto. El 17 de agosto de 1819 se casó con Luis Vernet, a quien había conocido cuando él montó una empresa comercial con Conrado Rücker. Tuvieron siete hijos: Luis Emilio Vernet, Luisa Vernet, Sofía Vernet, Malvina Vernet, Gustavo Vernet, Carlos Vernet, Federico Vernet.
Vernet cuando fue nombrado Comandante Político Militar en Puerto Soledad en 1829, se trasladó junto con su esposa embarazada de dos meses y tres de sus hijos (Emilio, Luisa y Sofía) llegando el 15 de julio. A partir de ese día comenzó a escribir su diario personal. El 5 de febrero de 1830 nació Matilde, la primera persona en tener registro en nacer en las Islas Malvinas. Al respecto del nacimiento, María escribió en su diario:
¡Mi mujercita malvinense! La tengo en mis brazos. Su boquita ávida como un botón de rosa ya quiere succionar. Me embarga de dulzura. Es un milagro. Beso sus deditos. Perfecta. Mi mujercita isleña. Mi niña valiente que ha nacido en una isla, ahora más que nunca, como si hubiéramos enarbolado entre las dos una bandera...
El diario de María también cuenta sobre la toma de posesión de las islas a nombre de la Argentina:
Domingo 30 de Agosto — Muy buen día de Santa Rosa de Lima, y por lo que determinó Vernet tomar hoy posesión de la isla en nombre del gobierno de Buenos Aires, a las doce se reunieron los habitantes se enarboló la Bandera Nacional a cuyo tiempo se tiraron veintiún cañonazos, repitiéndose sin cesar el ¡Viva la Patria! puse a cada uno en el sombrero con cinta de dos colores que distinguen nuestra Bandera, se dio a reconocer el Comandante.
El capitán Robert Fitz Roy fue huésped de la comandancia de Malvinas. Algunos de sus comentarios dejan entrever cómo el continuo progreso material de la colonia había permitido alcanzar cierto grado de refinamiento en medio de la inhóspita geografía. Allí nombra a María Sáez:
El gobernador Luis Vernet me recibió con cordialidad. Está muy bien informado y habla varios idiomas. Su casa es larga y baja de un solo piso y paredes muy gruesas de piedra. Encontré allí una buena biblioteca de obras españolas, alemanas e inglesas. Durante la comida se sostuvo animada conversación en la que tomaban parte Mr. Vernet, su esposa, Mr. Brisbane y otros; por la noche hubo música y baile. En la habitación había un gran piano; la señora de Vernet, una bonaerense, nos dejó oír su excelente voz que sonaba un poco extraña en las Falklands, donde solo esperábamos encontrar algunos loberos.
María tocaba el piano propiedad de su esposo, que había sido llevado a las islas desde Buenos Aires. Los viajeros y personalidades que pasaron por la colonia, como Fitz Roy, se refirieron al «refinamiento» y nivel cultural de los Vernet. En diversas veladas, ella tocaba el piano y cantaba. Robert Greenhow, complementó el reporte de Fitz Roy, escribiendo que María «ejecutaba música de Rossini con mucho gusto». María, pese al clima y ambiente inhóspito y la geografía salvaje geografía, creó un hogar. Su salón se convirtió para los pobladores de la isla Soledad en una «fuente de alegría y seguridad», permitiéndoles afrontar y superar las dificultades y poner en marcha una pujante economía.
Tras el incidente de la Lexington, el 19 de noviembre de 1832, Vernet y su familia abandonaron las islas de forma permanente a bordo la goleta lobera Harriet, que había sido apresada a los estadounidenses, con destino a Buenos Aires. En Buenos Aires tuvo contacto con Gertrudis Sánchez, esposa de Juan Esteban Francisco Mestivier, sucesor de Vernet como comandante de las islas. María le dio a Gertrudis consejos sobre la vida isleña y le presentó a la pequeña Matilde. Esto ocurrió pocos meses antes de la ocupación británica de las Malvinas de 1833.
María Sáez de Vernet falleció en la capital argentina en 1858. Sus restos descansan en el Cementerio de La Recoleta. Su fallecimiento provocó la depresión de Luis Vernet, que durante de esos años buscaba en el Reino Unido una indemnización por sus pérdidas sin tener mucho éxito.

Ernesto Cilley Hernández, bisnieto de María, publicó en 1989 el diario de 1829 en forma bilingüe español-inglés.
En 2012 la Biblioteca Nacional de la República Argentina realizó un concurso de becas de investigación llamado María Sáez de Vernet orientado a investigar la historia, la actualidad y las representaciones de las Malvinas en la prensa, la literatura y el ensayo, en documentos oficiales, en la cartografía, la fotografía y la música.

En el marco del Día Internacional de la Mujer de 2015, el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur de Buenos Aires presentó la muestra «Malvinas, mi casa», que se trató de una serie de acuarelas que reflejan la vida en Malvinas en 1829, basadas en el diario de María Sáez. (Wikidata)

domingo, 26 de junio de 2016

TAGORE EN BUENOS AIRES


                                    Poeta y filósofo indio,Rabindranath Tagore contribuyó a estrechar el entendimiento mutuo entre las civilizaciones occidental e india con una obra profundamente religiosa, impregnada por su amor a la naturaleza y a su tierra.En 1913, recibió el Premio Nobel de Literatura,hecho que contribuyó a la difusión internacional de su obra, y en 1915 el rey Jorge V lo nombró caballero,título al que el poeta renunció tras la matanza de Amritsar en 1919,cuando las tropas británicas mataron a 400 manifestantes indios.Victoria Ocampo leyó por primera vez el Gitanjali de Tagore en una traducción de André Gide de 1914 y habría de describir esa lectura como su primer encuentro real con el poeta.La obra de Tagore significó para ella una intensa experiencia emocional que describiría como los poemas que me brindaban el don de las lágrimas.

Años más tarde, en 1924, Tagore llegó al país (Argentina) de viaje hacia Perú,a donde había sido invitado para presenciar los festejos por el centenario de la Independencia del país.Pero una gripe traicionera—como la llamó Victoria— lo obligó a recalar en Buenos Aires unos días más de lo previsto para recobrar fuerzas. Pronto los médicos le aconsejaron reposo absoluto: una travesía en tren por los Andes podía llegar a ser fatal para su débil corazón.Victoria se presentó en el Hotel Plaza donde se hospedaba el poeta y le propuso que descansara en Miralrío,una quinta en San Isidro a apenas unos pasos de Villa Ocampo.En principio se acordó que Tagore se quedaría allí una semana: se quedó dos meses —noviembre y diciembre 1924— y nunca llegó a Perú.El poeta se repuso en aquellas barrancas de San Isidro,donde el aire estaba cargado del perfume de las flores de mango y las rosas.Era un obsequio que le hacía Victoria: era lo único que yo podía regalarle: el olor de la lluvia sobre el pasto de la barranca,la sombra de una tipa de flores amarillas,la inmensidad de ese río sin igual,y jirones de nubes empujadas por el viento.Durante su convalecencia Victoria le había regalado al poeta un sillón de respaldo alto y duro y al fin de la estadía ella insistió en que se lo llevara consigo: el sillón hoy se exhibe en Rabindra Bhavana en Santiniketan,India.Durante esa larga travesía marítima de regreso a casa Tagore escribió los cuatro poemas Purabi.Recién hacia 1930 Victoria viajó a Francia y,al tiempo, fascinada por los dibujos del poeta,le organizó una exhibición.No volvieron a verse.Pero la mujer de cara oval y ojos penetrantes que aparece en muchos de los dibujos de Tagore pudo haber estado inspirada en Victoria.Poco antes de morir el poeta escribió: No conocía el idioma de ella pero lo que me decían sus ojos perdurará para siempre,elocuentes en su angustia.(fuente:Villa Ocampo/El Mundo de Victoria) Autor de la nota:Lic.Angel J.Somma May 2, 2013


domingo, 1 de mayo de 2016

La sorprendente historia del cordobés que creó un auto en el país


Adolfo Felippa tuvo que estudiar siempre de noche porque la temprana muerte de su padre lo obligó a trabajar desde los 12 años. Desarrolló a escondidas de sus superiores la Renault Duster Oroch, una pick up que acaba de presentarse en el país.
       
Gabriel Silveira CLARÍN 


Adolfo Bruno Felippa falleció a los pocos meses de haber nacido su sexto hijo, en 1972, también llamado Adolfo. Propietario de una empresa constructora, había sido el responsable de parte de la obra de la primera planta de Fiat en Ferreyra, Córdoba, cuya piedra fundacional se colocó en 1958. Curiosamente fue allí donde encontró su muerte, electrocutado al ser alcanzado por el campo magnético de los cables de alta tensión, justo cuando levantaba unas chapas del techo. El manejo unipersonal del negocio hizo que cualquier sobrante económico se esfumara rápidamente. Y Adolfo hijo, junto a su madre, Blanca Margarita, y a sus cinco hermanos, comenzaba así su vida.

Esta sería una historia más dentro de tantas, si no fuera porque Felippa hoy adquiere una relevancia notable dentro de la industria automotriz argentina. Este ingeniero es el responsable de la creación y el desarrollo de la nueva Renault Duster Oroch, una pick up que se acaba de presentar en el país y que, si bien hoy se fabrica en Brasil, fue gestada fuera de horario laboral y de manera casi encubiertaen las oficinas de ingeniería que la marca tiene en la fabrica cordobesa de Santa Isabel.

Para encontrar un hecho similar en la historia de la industria automotriz nacional habría que remontarse a los años 70, cuando Ford Argentina desarrolló en el país la Ranchero, una camioneta que se construyó sobre la base del Falcon. Era una época en que la ingeniería local encaraba proyectos propios.


Felippa conoció desde chico los desafíos. Ya a los 12 años tuvo que empezar a trabajar para poder pagar sus estudios secundarios, que cursó en una escuela técnica y en horario nocturno para cumplir con sus obligaciones laborales. Trabajó en un campo y luego como zapatero. Casi siempre con penurias económicas. Pero su deseo era entrar a "la Fiat", la fábrica que había construido su padre. Al finalizar la secundaria, una entrevista de trabajo lo acercó a cumplir ese sueño, pero nunca llegó una respuesta por parte de la marca italiana.

Gracias a que su padrastro conocía a un celador del Instituto Técnico Renault, que funciona dentro de la planta, Adolfo terminó ingresando a trabajar a la línea de montaje del R12. Casi en simultáneo empezó la carrera de ingeniería, en la Universidad Tecnológica Nacional, ya que era la única que le permitía cursar de noche y esto no interfería con su turno en la fábrica. Rápidamente se fue destacando hasta que llegó al departamento de ingeniería. Y allí empezó a obsesionarse con la idea de hacer una pick up. "Renault siempre tuvo la idea de hacer una pick up -recuerda Adolfo-. Hicimos distintos prototipos y pruebas, tomando el Clio o la Kangoo como base. Pero no nos parecían realmente innovadores. Siempre quisimos hacer un vehículo que sea versátil y para la familia. Teníamos que poder mantener el compromiso con una doble cabina cómoda y a la vez con una caja de carga", describe.


Felippa fue derivado a Francia para trabajar en los nuevos proyectos que la empresa tenía pensados desarrollar para Europa bajo su marca Dacia (de origen rumano), pero que en nuestra región iban a ser vendidos como Renault. Terminó en ese equipo porque se dio cuenta que en Ingeniería de Santa Isabel no había nadie que hablara francés y él se puso a estudiar solo, con libros que consiguió. Por supuesto que lo hizo de noche, para no alterar sus costumbres.

Ya de regeso en Argentina, en 2010 Renault estaba terminando el Symbol (una adaptación del Clio tricuerpo) y ponía todas las fichas en el Fluence, un sedán mediano que era una bocanada de renovación para Santa Isabel, una planta que hacía años que no recibía un proyecto nuevo. Pero Felippa había vuelto de Francia no sólo con más experiencia, sino que tenía información del SUV Duster, un modelo que llegaría más tarde al mercado. Es ahí cuando su "compadre", Leandro Colombato, por entonces Director de Ingeniería de la fábrica, le dice (en perfecto cordobés) "¿Y si usamos la Duster?"

- ¿Por qué se les ocurrió pensar una pick up en un momento con tanto proyecto encima?

- Es que iba a visitarnos en la fábrica la número uno de ingeniería de la marca a nivel mundial. Venía justamente para ver cómo se había evolucionado con el proyecto Fluence. Y ahí Leandro me dice “es el momento para vender esto”. Era “la” oportunidad. Y así empezamos a trabajar en la pick up.

- ¿Cuánto tiempo tuvieron para trabajar?

- Nos enteramos un mes y medio antes de la visita. Pero como no teníamos autorización, empezamos a hacer las proyecciones en horas suplementarias. Gratis, obvio. Nos quedábamos de noche o íbamos a la planta los fines de semana. Y así empezamos a tirar líneas. Para dibujar usamos el Paintbrush (N. de la R.: es un software muy básico que permite realizar modificaciones sobre fotografías y realizar dibujos no muy complejos). Teníamos los dibujos del Duster y sobre eso trabajamos. Nosotros no somos diseñadores, pero queríamos ver cómo quedaba una doble cabina extendiendo el vehículo. Y así logramos un primer bosquejo que se lo dimos a dos ingenieros que sí trabajan con un programa de diseño de verdad (Catia) y comenzamos a darle forma real. Ver cuáles eran las dimensiones de la caja, cuáles de la cabina. Nuestro objetivo era que se pudiera abrir la tapa de la caja de carga y que entrara un cuatriciclo.

- Porque en ese momento no había pick ups chicas doble cabina…

- ¡Claro! Y nuestro objetivo era tener dimensiones internas y de caja de carga similares a las de una camioneta mediana, pero con un tamaño más compacto. Pero no podíamos extender mucho las dimensiones originales de Duster. Yo me propuse mantener las dimensiones internas. Seguimos ajustando las medidas. El “cuatri” no nos entraba (risas). A dos semanas de la visita ya teníamos un proyecto más o menos presentable, que incluía un detalle de las piezas que serían específicas del modelo un rápido estudio económico. Siempre un cálculo criollo, no? Nada que ver con los números que se precisan cuando se encara un proyecto desde Europa.

- ¿Y qué pasó cuando llegó la visita?

- Llegó la jefa, le presentamos el proyecto y “compró”. Porque era interesante. Era viable. Y la marca siempre tuvo la idea de hacer una pick up. De hecho hubo una en Rumania sobre la base del Logan pero no estaba buena. Y fue ella quien lo patrocinó en Francia.

- O sea que no tuvieron que trabajar demasiado para convencerlos si el proyecto era viable.

- No. Al principio no. Pero es como que entramos por una puerta prohibida. No es el camino real de los desarrollos. Es más, recibimos retos y algunas reprimendas y tuvimos que explicar que fue concebido fuera de hora de nuestras tareas habituales. Sin embargo, y después de aclarar todo, como nos vieron tan motivados nos encargaron a nosotros el desarrollo y a mi me nombraron director del proyecto.
Renault Duster Oroch COncept
El prototipo de la Duster Oroch, presentado en el Salón de San Pablo de 2014, que anticipaba las formas de esta pick up.
- ¿Y cómo armaste el equipo?

- Yo quería que fuera bien regional. Había argentinos, brasileños y colombianos, pero sabía que nos faltaba experiencia en desarrollo porque todo se hace en Europa. Así que sumé gente de Francia también. Y el lugar? Se industrializó en Brasil por la simple razón que ya se fabricaba Duster allí, para optimizar costos y recursos.

Adolfo Felippa
"El mayor orgullo es saber que fue un producto que se gestó en la Argentina".

- ¿Qué te dicen afuera una vez que conocen la historia?

- El orgullo que siempre tuvimos con Leandro, más allá de los reconocimientos, es saber que este es un producto que se gestó en Argentina. Que se ideó en el país. Nosotros siempre trabajamos para que se desarrolle la ingeniería de nuestro país. Como lo marca la historia de Santa Isabel. Cuando yo ingresé a Renault, en 1992, recuerdo de haber visto los tableros con los diseñadores trabajando. Y con el tiempo todo eso se perdió. El desarrollo de tecnología Argentina no siguió y se hacía todo afuera. Y eso fue un poco lo que nos motivó tanto a Leandro y como a mi, que somos un poco de la generación “joven vieja” de Renault.

- ¿Qué le puede significar a la ingeniería argentina el desarrollo de este vehículo?

- Puede ser un nuevo punto de partida. Primero, es el reconocimiento de la región, por haber arrancado desde cero con un proyecto de industrialización. Hoy se reconocen a los ingenieros argentinos y brasileños. Ya a la Fase 2 de Duster le habíamos dado unos toques nuestros, que fueron tomados por otros. El primer faro de LED en Renault lo llevó Duster y ese fue un desarrollo nuestro. Y eso comenzó a darnos más credibilidad. El francés cuando se siente seguro empieza a delegar. Un ejemplo claro es el crecimiento que experimentó el sector de ingeniería en Renault Argentina, que en aquella época éramos unos 60 y ahora debe haber más de 250 ingenieros. Volvimos a traer y realizar ingeniería de motores, que se había “perdido” todo para Brasil.

- El próximo proyecto de Santa Isabel, una pick up más grande, involucra también a Mercedes-Benz y a Nissan y toma como base el producto de la marca japonesa. ¿Cuánta ingerencia va a tener la ingeniería argentina en la futura pick up mediana de Renault?

- Es diferente porque Nissan cuenta con una cultura totalmente distinta de trabajo. Tienen el desarrollo muy centralizado en Japón todavía. Hoy en la pick up de las tres marcas está trabajando un equipo de Japón y hay parte de nuestra ingeniería adentro. Es decir, ellos conducen el proyecto pero están trabajando con nosotros, especialmente en el desarrollo de los proceso de producción. Que eso nos lo ganamos con el desarrollo de la Oroch.

- ¿Veremos nacer otros proyectos con fuerte participación de la ingeniería argentina?

- Sí, seguro. Hasta te diría que tenemos una especie de ingeniería offshore. Trabajamos en el desarrollo de productos que se van a hacer en Francia, por ejemplo.

- Y pensar que todo nació con el Symbol, un auto muy criticado por su diseño…

- Tuvimos que hacer cosas que se adaptaran a la situación en la que estábamos. No teníamos una economía que nos acompañara. Y si hoy la tuviésemos estaríamos haciendo otro tipo de productos, tanto en la Argentina como en Brasil.


El mundo y el negocio del automóvil es muy distinto a como era hace 40 ó 50 años, una época en la que la ingeniería argentina tenía desarrollos propios. Será casi imposible regresar a esos años. Pero la convicción y la capacidad de Felippa nos demuestran una vez más que el potencial en nuestro país existe y vale la pena aprovecharlo.

martes, 5 de abril de 2016

PASOS PARA EMIGRAR A ARGENTINA






MARTES, 22 DE MARZO DE 2016


PASOS PARA EMIGRAR A ARGENTINA DESDE VENEZUELA

Autor: Jeisser Morales


En nuestra búsqueda de nuevos horizontes siempre surgen miles de dudas respecto a lo que debemos hacer para lograr emigrar, este blog lo cree para aclarar algunas dudas, basadas en mi experiencia como emigrante a argentina en 2015, además de las cosas que posiblemente les pasen que no leo en los blog pero sí en las páginas de Facebook.


Muchas veces, nos es frustrante conseguir una informacion puntual de lo que buscamos, puesto que cuando decidimos investigar encontramos tantas cosas en internet que tiende a confundirnos, lo digo por experiencia propia. estuve casi 9 meses leyendo en todas las páginas y blogs que conseguía, encontraba en cada una algo importante pero no todo, asi que  fui haciendo una recopilación de cada cosa las anote en una hoja y le iba agregando según me parecía necesario en mi caso. pero de todo lo que lei la conclusión al título a continuación: 


 "QUE PAPELES NECESITAS PARA ESTAR LEGAL EN ARGENTINA"


Esto es tan importante como la decisión de venir por que muchos se vienen con la esperanza de conseguir un trabajo en "lo que sea" sabemos que lamentablemente acá trabajando cualquier cosa estas mejor que ganando un sueldo considerable en venezuela, pero si ya es complicado para los que tiene papeles imaginense los que se vienen y no los tramitan (eh visto muchos casos). Sería venirte con tus ahorros y vivir por varios meses sin trabajar pero la idea es llegar y tener papeles y así poder tener posibilidad más amplia de conseguir algo.

Si tramitar desde venezuela ya es tardío por las citas y todo eso, estando aquí es aún más


PASO 1  DESDE VENEZUELA

ANTECEDENTE PENAL VENEZOLANO

- Debes solicitar el antecedente penal de venezuela, que va dirigido a: "Dirección nacional de migraciones de la República Argentina" en la página MPPRIJ este papel lo entregan 5 días después de lograr solicitarlo y se retira en caracas. en las oficinas principales de Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia. se recomienda hacerlo a las 8 de la mañana exactamente, si es posible intentar minutos antes puesto que tienen un límite diario y casi en menos de 1 hora no hay cupos ya! 

Esto deberías hacerlo primero, pero como en venezuela las citas tardan tanto y más las de apostilla sugiero tener cita de apostilla primero y luego pedir el antecedente porque este vence...  

CITA PARA APOSTILLAR

- Debes hacer la cita para la apostilla de los antecedentes que por Gracia de DIOS ya se puede hacer en casi todos los estados, no es necesario ir hasta caracas para hacerlo, en mi caso lo hice en caracas y para hacer todos los papeles que necesite estuve 18 días allí, además de hacer 2 citas de apostilla por que el Ministerio de Educación Superior, no me entrego los papeles a tiempo y en la primera cita solo puede apostillar algunos.

para apostillar el antecedente debes ingresar a MPPRE en la sección; servicios - legalización y apostilla:

 

Algo importante que recalcar es que no porque ahora se puede en cada estado, las citas salen más rápido... yo diría que eso está igual con un rango muy mínimo de diferencia, lo que quiero decir con esto es que tomen en cuenta que tardan entre 2 y 3 meses "la fecha de cita de apostilla" con suerte puede salirte citas muy próximas (con una semana de anticipación o quizá para el día siguiente al día que intentas hacer la cita, esto es porque otras personas cancelan su cita y queda disponible) estas pueden servirte si ya tienes los papeles y solo quieres apostillar.

- para cerciorarse en qué fecha va ingresen a la pagina  MPPRE y creen su usuario y intenten crear una cita cargando un documento y solo verifiquen la fecha en la que va y en la que están con eso pueden darse una idea de cuánto tiempo anticipado deben tomar en cuenta para hacer su cita de apostilla. 


EL ANTECEDENTE PENAL ES EL ÚNICO PAPEL DE VENEZUELA QUE SE NECESITA TENER (ojo para tramitar la residencia) DEBIDO AL CONVENIO DEL MERCOSUR

Aclaró que este papel tiene una vigencia de 3 meses a partir del momento en que lo emite el  MPPRIJ 
esto por eso dije arriba que les sugería primero tener cita de apostilla...

Este papel así este apostillado y pasan los 3 meses y aun no sales de venezuela se vence... lo digo también para que calculen según su fecha de salida del país y así no pierdan todo ese proceso porque si se les vence tienen que hacer todo de nuevo.


Mientras hacen todo eso el proceso anterior, les recomiendo hacer la cita para LA DIRECCIÓN DE MIGRACIONES ARGENTINAS DNMA


ahi les saldra que necesitan el antecedente penal argentino y la certificación de residencia pero no es problema PARA HACER LA CITA NO ES NECESARIA, solo es necesario al momento de ir a la cita.

lo que si es necesario en este paso es contactar a alguien que ya este en argentina "amigo, conocido, alguien que quiera ayudarte" por que necesitan una dirección de residencia para poder hacer la solicitud (esta direccion la necesitaras en todo el proceso y es donde te llegará el Documento Nacional de Identidad  DNI )

Les recomiendo que tambien hagan esta cita por esta razón ejemplo: yo hice la cita aproximadamente mes y medio antes de salir de venezuela y me salio para exactamente 10 días después de llegar a buenos aires, fue el tiempo perfecto para tramitar los papeles que seguían "antecedente argentino y certificación de residencia" y evite pagar la cita exprés que tiene un costo de 1500 pesos argentinos un equivalente de 100 U$D aprox. este monto es aparte del costo ordinario del trámite que es de 635 AR$ 


PASO 2 ESTANDO EN ARGENTINA 


ANTECEDENTE PENAL ARGENTINO 


para hacer la solicitud del antecedente penal argentino debes ingresar a la pagina REGISTRO NACIONAL DE REINCIDENCIA  RNR,  aca te dejo los pasos a seguir para ingresar al formulario de la pagina..

para poder asistir a la cita de antecedentes penales argentinos, el dia de la cita debes dirigirte a la  oficina que indicaste en el formulario con el PASAPORTE.

hay varios tiempos de entrega del documento,  si siguen los pasos de este tutorial podrás evitar pagar de más..

 6 Horas: AR$250.
 24 Horas: AR$150. 5 días: AR$60.

1 INICIE EL TRAMITE DE ANTECEDENTES PENALES 

2 PERSONALMENTE POR EL INTERESADO
3 IR AL FORMULARIO



En estos pasos vuelven a necesitar la Dirección de Domicilio: debe ser la misma que pones en la cita de Dirección Nacional de Migraciones Argentinas  


CERTIFICADO DE DOMICILIO 


Para hacer la solicitud de la Certificación de Domicilio, vas Directamente a una comisaría o comando policial el más cercano a la direccion, allí te dirán que entre los 3 dias siguientes te lo entregan pero por lo general te lo llevan al otro dia eso es entre las 9 de la mañana y las 2 de la tarde debes estar tú o tu amigo ( el que te haya ayudado con la direccion de domicilio desde venezuela para el primer trámite). Este tiene un costo de entre 10 y 30 pesos, la primera vez que lo saque pague 30 pesos, luego lo necesite nuevamente y pagué 10.

FOTOS 

2 Fotos en fondo blanco de 4 cm por 4cm ( así lo exige en migración)

ya este era el ultimo tramite que necesitas para dirigirte a la tu cita de la DIRECCIÓN NACIONAL DE MIGRACIONES

* ANTECEDENTE PENAL VENEZOLANO
* ANTECEDENTE PENAL ARGENTINO
* CERTIFICACIÓN DE DOMICILIO
* FOTOS FONDO BLANCO

Este trámite tiene un costo de 660 AR$

600 el trámite y 60 el plástico del DNI: Documento Nacional de Identidad.

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Bueno Amigos mi intención con esto es facilitar según mi experiencia el proceso y aclarar dudas, las mismas que yo tuve cuando estaba en todo este proceso para poder establecerme en este país.

Me despido y espero aclarar algunas de sus dudas con este post...

Mi ayuda termina aquí, pero comienza la de ustedes Les agradezco lo compartan y asi puedan ayudar a otras personas que están en este proceso!

cualquier consulta o duda respecto a lo escrito pueden enviarme a Jeisser_1990@hotmail.com

att:
Jeisser Morales

domingo, 20 de marzo de 2016

El Poblamiento de la Patagonia. Rodolfo Casamiquela

Confines

www.confinesdigital.com/



La historia del poblamiento indígena de la Patagonia es todavía tan imprecisa como la de su concepto como región. Hoy no queda un solo tehuelche puro; la lengua tehuelche septentrional se extinguió en 1960 y queda una decena de hablantes de la meridional. Ninguno de la ona..., cinco o seis -­sólo mujeres!- yámanas hablantes; una treintena de alacalufes. Unos 250.000 parlantes de araucano en Chile y 20.000 en la Argentina, con absoluta probabilidad todos portadores de genes blancos...).
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 Rodolfo Casaquimela sintetiza en este texto de divulgación científica sus investigaciones acerca del poblamiento indígena de la Patagonia, una de sus especialidades. Escrito originalmente para el libro "Patagonie, une tempete d'imaginaire" (Patagonia, una tempestad de la imaginación) que fue publicado en francés por Editorial Autrement, permanece inédito en libro en castellano, aunque fue publicado en Confines, primera época. El texto constituye un acercamiento de primer nivel al proceso de poblamiento patagónico, siempre controvertido y sujeto a polémicas.




Parte 1 / El Nombre

    Como California, nombre que deriva de Calaifa la Reyna de las Amazonas, Patagonia deriva de Patagón, siendo ambos personajes de la mitología folklórica española de la época, difundida en América a través de las novelas de caballería, lectura obligada de las tripulaciones de las carabelas en los interminables viajes transoceánicos.
    "Patagonia", "Estrecho de los Patagones", vía de agua que la separa de Tierra del Fuego, son topónimos nacidos del primer contacto de los europeos con el finis terrae americano: la visita de Hernando Magallanes en su periplo pionero de circunvalación del planeta. En homenaje a su hazaña, el Estrecho de los Patagones había de recibir su nombre; no la porción continental, que retuvo el suyo de Patagonia, alimentado precisamente por la seducción del mito.
    El primer mito europeo que arribó a la Patagonia, el de los "gigantes patagones", hombres de colosales corpulencia y estatura: "Patagonum Regio ubi incole sunt Gigantes 9,8 ad summun 10 pedes long" (Pieter Keer, 1598)..., y que había de arrastrarse hasta el siglo XVIII. Sólo sobrepasado en longevidad por el segundo, contemporáneo con él, aquel de la "Ciudad de los Césares", exportado desde el Río de la Plata; a partir -quizá - del viaje del capitán Francisco César a "tierra adentro" en 1528.
    Si el otro se refería a los indígenas de la Patagonia continental, hoy llamados "tehuelches" éste tenía como protagonistas a europeos, habitantes de una ciudad fundada por españoles extraviados, que habrían alcanzado la inmortalidad, y en que todo era de oro y plata.

Parte 2 / El Concepto


   Patagonia ("la Patagonia" prefieren decir sus habitantes) es hoy una región natural; pobladores y geógrafos convienen en ello. La pregunta es  ¨cuál?. Al pasar nos hemos referido a una continental -por oposición, por ende, a otra insular; esto es Tierra del Fuego. 
Con otro enfoque, tomado ahora como referencia el eje, de sentido meridiano, de la cordillera de los Andes, se habla de una Patagonia Oriental o en sentido estricto, por oposición a otra Occidental... 

Indios Tehuelches
Pero no son simétricas: si, de Sur a Norte, ambos conceptos comparten la faja andina hasta grosso modo los 41°, por el lado oriental se continúa, en la porción extra-andina adyacente, hasta los 36°. Su límite septentrional está conformado por los r¡os Barrancas-Colorado.(En sentido estrictísimo, dicho límite sería el de los cursos Limay-Negro). En tanto, por el lado occidental, la Patagonia sólo alcanza el océano Pacífico -en el concepto de los geógrafos chilenos- entre el Estrecho y los 46° 30', es decir la península de Taitao: se trata del islario de la "Patagonia Occidental" de aquellos (nosotros agregaríamos "por excelencia").



    Y en cuanto a la "Patagonia por excelencia", es decir la que piensan la mayoría de los visitantes, se circunscribe a la Oriental extra-andina, la "Meseta patagónica", una serie de planos, interrumpidos por serranías de diverso origen y conformación, que descienden desde los 1500 metros en la cordillera de Los Andes hasta enfrentar al Atlántico, con cotas diversas, sin -en términos generales- la antesala de una faja propiamente litoral. Es el dominio del viento, casi permanente, huracanado a ratos; de los grandes contrastes térmicos (+35° a –35°cent¡grados) en el centro de su continentalidad, de la formación fitogeográfica de la estepa; del "avestruz petiza" y el guanaco, las solas presas dignas de las flechas y boleadoras de los tehuelches históricos.


Parte 3 / El Poblamiento Indígena
Manto tehuelche. Museo de La Plata

La historia del poblamiento indígena de la Patagonia es todavía tan imprecisa como la de su concepto como región.


Indios Mapuches

Los Cazadores especializados

    Comenzando por los aludidos tehuelches (patagones) la suya comenzó por el arribo, a fines del Pleistoceno, de bandas de cazadores paleolíticos, de jabalina, provenientes de Asia vía América del Norte, en pos de presas mayores como el mastodonte y el caballo americano, extinguidas hoy, en buena medida tal vez debido a su propia actividad cinegética.
    Para alcanzar el fondo de la Patagonia -por vía continental-tanto las presas dichas -también asiático-norteamericanas- como sus cazadores debieron atravesar verdaderos filtros, constituidos alternativamente por travesías -grandes extensiones desérticas sin agua- y poderosos cursos de agua, como el Limay-Negro y el Santa Cruz. Hablamos de "filtros compuestos" en los casos en que ambos tipos de filtros se superponen, como en el sistema Colorado-Travesía entrerriana-Negro, o Chubut-Senguerr-Travesía litoral atlántica.
    Precisamente son estos filtros, cuasi barreras, los que condicionaron la verdadera estratificación  étnica de la Patagonia continental, en lo que a estos cazadores especializados respecta.
    Basado en coherencias somáticas y culturales -a partir de lo lingüistico-, un etnólogo patagónico, Federico Escalada, propuso en su momento el rótulo de "Complejo Tehuelche" para englobar a sus representantes históricos, sí que con la inclusión de los grupos de cazadores de la isla Grande de Tierra del Fuego: Los onas.

Actualizada y pulida por nosotros, la proposición sería la del siguiente cuadro:

Isla Grande  de Tierra del Fuego   

                              .Onas    Del Sureste ("Haus")
                              .Del Centro-Sur (Silknam=shelknam)
                              .Del Norte (Manekenk)
                             . Australes (Aonikenk)                                                                                       
                                                        
Complejo tehuelche

(Entre el estrecho de Magallanes Tehuelche y el río Santa Cruz)
                               .Meridionales
                               .Boreales (Tewsen)
Patagonia Continental         
                                 
(Entre el río Santa Cruz (Oriental) y el río Chubut)
                                .Tehuelches Australes (Guanna künna)
(Entre el río Chubut y los ríos Limay - Negro)                                                                   
                                 .Septentrionales
                                 .Boreales
                                 .(Al Norte de los ríos Limay-Negro)
                                 .Véanse los comentarios que siguen

Parte 4 / Comentarios



    El primero es que en lo que a la aparente unidad somática se refiere, entre otros, a los rasgos compartidos de alta estatura y gran corpulencia -que precisamente alimentaron el mito de los "gigantes patagones"- hay que sumar la morfología y robustez del cráneo, dolicocéfalo (como en todos los biotipos antiguos de América). Con ellos, los antropólogos físicos clásicos distinguieron la "raza Patagónida o Pámpida".
    A estar con uno de ellos (Marcelo Bormida), sin embargo, al Sur del filtro-compuesto de los ríos Chubut-Senguerr-travesía litoral, el aporte de genes de otra entidad racial -la "Fuéguida"- introdujo elementos de diferenciación, apenas visibles para el lego, con lo que se podría hablar de dos subtipos de la raza Pámpida, al Norte y al Sur, respectivamente, de dicho filtro. Con ello, los tehuelches meridionales y los onas compartirían el segundo subtipo.
    El segundo comentario es, precisamente, que los onas históricos (pues hay rastros en el interior de la isla Grande de un poblamiento m s antiguo) no son sino los tehuelches meridionales arribados a ella en tiempos relativamente cercanos: a estar con el grado de diferenciación lingüística, a lo sumo un par de milenios; personalmente, creemos que mucho menos. 
    Dado que para tiempos tan recientes no es posible especular con cambios geográficos o topográficos de significación -como podría ser una cubierta de hielo sobre el estrecho de Magallanes-,hay que aceptar que los antepasados de los onas (históricos) beneficiaron alguna forma de embarcación, práctica abandonada -del mismo modo que abandonaron la boleadora, arqueológica en la isla Grande- después de su asentamiento. Por lo demás, existe información de los siglos XVI y XVII de "gigantes" tripulando canoas en el estrecho de Magallanes.
    El tercer comentario, es que las etnias representantes del "Complejo Tehuelche" no se limitaron a los territorios al Sur de la línea del Limay-Negro: tanto en el ámbito pampeano  como en el patagónico (actual provincia del Neuquén, Patagonia Noroccidental) existieron pueblos filiables como tales, según la fórmula tipo somático "patagónido" y cultura de cazadores a distancia estrictamente afín a la del conglomerado pan-tehuelche (véase después) -aunque carecemos de información acerca de su lengua.
    Se trata de uno de los diferentes pueblos que araucanos (véase después) y españoles trasandinos denominaron "puelche(s)", "gente del Este" en lengua araucana, que se movían alternando la meseta con la pre-cordillera andina, entre los ríos Agrio-Neuquén y Limay.
    Más allá de lo somático, identificatorio prima facie en función del contraste con los restantes tipos físicos (biotipos) presentes en el  ámbito, según veremos en seguida, el carácter de "pan-tehuelches" de estos pueblos está  dado por los siguientes rasgos: uso de mantos largos de pieles ("quillangos" en el vocabulario patagónico); "turbantes" sui generis conformados por una cuerda torcida enrollada en la cabeza y en la que insertaban flechas; arco y flechas; aljabas; toldos de cuero; énfasis en la caza, con complemento de recolección.
Los cazadores -pescadores-recolectores-
    Para desarrollar este punto, que agota prácticamente el análisis de poblamiento pre-hispánico de la Patagonia, debemos volver brevemente sobre el tema de los "filtros" geográficos.
    Se ha dicho antes que los cazadores especializados arribaron al fondo del "embudo" de América del Sur hacia fines del Pleistoceno. Desde entonces, obviamente, distintas influencias culturales los alcanzaron a lo largo de la docena de milenios que median hasta el presente: de ello da inmejorable testimonio la evolución del arte rupestre, que ilustra "estilos" muy diferentes y, para casi todos ellos, de origen probadamente alóctono. Sin embargo, dichas influencias fueron mínimas al Sur del filtro-barrera del río Santa Cruz,  ámbito que muestra una notable historia cultural, lineal, muchísimo más conservadora que aquella del  área al Norte de dicho curso, en la que se registran influencias, crecientes en función del tiempo, procedentes de la Patagonia Noroccidental y de la Pampa, a su vez receptoras de otras de origen andino y de las sierras centrales del actual territorio argentino.
    A los filtros enunciados cabe sumar, en lo que a estos pueblos de cazadores respecta, los lagos -y bosques- tan conspicuos a lo largo (ambas versantes) de los Andes, y, desde luego, el mar. Como, en mayor medida, se trata de filtros hídricos, resulta lícito definirlos como pueblos "con horror al agua" (hidrófobos) y de este modo pueblos no sólo continentales, es decir propios del ámbito de la Patagonia extra-andina o de la Meseta, sino, sobre ello, propiamente terrestres.
    Y, a esta altura, véase de qué manera otras etnias contemporáneas, a favor de una actitud diametralmente opuesta con respecto al agua, es decir hidrófilas, abordaron y poblaron idéntico ámbito -plus aquel de los lagos y bosques sub-andinos. Para ello, simplemente, utilizaron el litoral marino como ruta general de avance, e ingresaron al continente remontando los cursos de los diferentes ríos; para el caso, cabe agregar que el estrecho de Magallanes obró como un río más, gigantesco, aunque de agua salada.  
    Los beneficiarios de estas culturas que, en su mayor parte sin restar preeminencia a la caza de grandes presas la complementaban con un mayor énfasis en la caza menor y/o la recolección y la incorporación de la pesca, pertenecen a tres entidades diferentes desde el punto de vista somático (racial). En la nomenclatura tradicional, se trata de fuéguidos, huérpidos y láguidos (quizá  variante de un mismo biotipo primario).
    Los últimos, inmigrantes desde el actual Brasil (de donde deriva el nombre: Lagoa de Somidouro), todavía representados en el Sur de ese país por los grupos indígenas beneficiarios de lenguas denominadas Ge (ye), tuvieron importante protagonismo, aparentemente en momentos diferentes a lo largo de milenios, en el litoral de lo que hoy constituye la provincia de Buenos Aires. Menor -y tardío- en el litoral nororiental de la Patagonia, por el que descendieron hasta sobrepasar levemente el paralelo 42.
    El conocimiento de estos pueblos se basa esencialmente en documentos arqueológicos, aunque varios de sus rasgos fueron incorporados por los tehuelches históricos (como la práctica de la segunda sepultura, el uso del tembet , probablemente la covada, etcétera). Coherentemente, es posible que mantuvieran identidad étnica -en un proceso de absorción creciente por los nombrados- todavía durante los siglos XVI y XVII; podrían pertenecerles los indígenas beneficiarios de chozas de ramas contactados en el río Chico del Chubut (afluente austral de este río epónimo) y en el valle medio del río Negro, respectivamente por el español Alcazaba en 1535 y por el criollo Hernandarias en 1606. Son los últimos testimonios históricos.
    Aunque hasta el presente no ha aparecido ningún resto de embarcaciones en los yacimientos, es altamente probable que las poseyeran de alguna clase -dada la ausencia de  árboles en la costa atlántica, presuntamente balsas de fibras vegetales flexibles-. Lo cierto es que nuestros láguidos remontaron los ríos patagónicos, como el Negro y presuntamente el Colorado y el Chubut-Chico -hasta los lagos Colhue Huapi y Musters, en donde se encuentra un enclave arqueológico atlántico. Por el río Negro avanzaron hasta por lo menos el Limay inferior, y es posible que hayan alcanzado sus nacientes, en el gran lago Nahuel Huapi, pero falta la prueba arqueológica.
    Muy curioso es señalar que en los aludidos yacimientos litoral-atlánticos bonaerenses y nor-patagónicos las poblaciones láguidas aparecen como literalmente conviviendo con otras fuéguidas, con las que aparentan haber beneficiado una cultura grosso modo común y con las que terminaron por mestizarse en grado variable también con los tehuelches, pero diacrónicamente.
    Hay que apresurarse a señalar, sin embargo, que si los láguidos -y/o lagoides- sólo sobrepasaron escasamente, por la via litoral mencionada, el límite de los 42°, los fuéguidos -y/o fuegoides- aparecen en los yacimientos sin solución de continuidad: en la costa atlántica, a lo largo del estrecho de Magallanes y en el litoral pacífico, hasta el extremo meridional del  rea propiamente continental del actual Chile.
    ...Forma de expresión que no significa, correlacionadamente, decir que el sentido del poblamiento es decir de la progresión de estas oleadas fuéguidas haya sido Atlántico-Pacífico y literalmente Norte-Sur. Antes bien, por el contrario, indicios de variado carácter a lo largo de la costa pacífica sudamericana, y aun norteamericana, parecerían abonar con más fuerza un esquema de signo precisamente contrario. De un modo u otro, parecen haber estado presentes en el estrecho de Magallanes, con los pámpidos, a fines del Pleistoceno.
    Lo cierto es que estos pueblos hidrófilos, históricamente navegantes -aunque esto no haya sido controlado en el litoral atlántico, en donde los testimonios de su presencia son sólo arqueológicos- no solo circunvalaron el mapa de la Patagonia continental, y se internaron en ella de diversas maneras, como veremos, sino ocuparon, nomádicamente, el vasto islario de la Tierra del Fuego -­hasta el Cabo de Hornos! ­hasta la isla de los Estados!, en los mares reputados como los más procelosos del mundo.
    Históricamente los conocemos como yámanas, al Sur del estrecho de Magallanes; alacalufes, desde esta vía de agua hasta la península de Taitao, en los 47° de latitud; chonos, por el Norte de ella hasta el continente. Todos identificados, más allá de lo racial, por una economía de cazadores de grandes presas -desde mamíferos marinos como ballenas semivaradas, lobos marinos y focas, hasta continentales, como ciervos y guanacos, al lado de otras pequeñas, incluidas muchas aves, pesca y recolección de mariscos -ambas de variadas formas- y de huevos y vegetales varios.
    Si la dispersión de estos pueblos se produjo de Norte a Sur, según lo expresado, correspondería a los chonos -beneficiarios originales por lo demás del "curanto" o comida en hoyos, con piedras calientes, vigente como folklórica y hoy culta- la invención que habría de resultar decisiva desde el punto de vista etnodinámico: aquella de la canoa de tablas. Esta embarcación a primera vista simple, era construida en su forma primitiva con tres tablas de alerce, la una a modo de plano de base y quilla y las otras laterales, el todo curvado ("arrufado") a proa y popa para sobresalir del agua. La elección del alerce - árbol varias veces centenario- se debía a la longitud, rectitud y liviandad de su madera, imputrescible, susceptible de ser convertida en tablas, subiguales, por el simple empleo de cuñas. Las tablas se unían entre s¡, calafateadas con la entrecorteza del propio alerce, convenientemente agujereadas, por medio de cuerdas vegetales.
    A diferencia de los cazadores continentales, estos grupos humanos, a favor de un físico especialmente adaptado para el frío, la humedad y las inmersiones, el mareo y el vértigo, y con metabolismo basal muy elevado, producto de la aparente capacidad de transformar las proteínas en hidratos de carbono, poblaron alternativamente, todos los sitios aptos de la faja costera del continente y las islas, e incursionaron en los ríos, los bosques y las montañas.
    Armando y desarmando sus "piraguas", como las llamaron los españoles, estos pueblos fueron capaces de atravesar -por tierra!- el istmo de Ofqui en la mencionada península de Taitao, imposible de circundar por mar, y ganar los mares y tierras australes. Poco más al Sur, la desaparición del alerce obligaría a su reemplazo por cortezas de diferentes  árboles del Bosque Austral o Andino Patagónico, lujuriante en un ámbito en que, por obra y gracia de la Cordillera, que ataja los vientos occidentales cargados de humedad, contrasta violentamente con la Patagonia Oriental, o propiamente dicha: 5000 milímetros anuales de lluvia contra 300...
    En el extremo Sur del  área de nuestro interés -y del continente sudamericano- las mezclas con los pueblos de cazadores terrestres fueron inevitables, y dieron origen a diferentes pueblos metamórficos de primera mano -según vimos- como los tehuelches meridionales=onas en conjunto o de segunda mano, como los onas del Sureste de la isla Grande de Tierra del Fuego (haus) o la porción más austral de los tehuelches, respectivamente mestizados con y manas orientales y alacalufes meridionales (guaicaros).
    En el otro extremo, por un lado conformaron el sustrato étnico del Sur del actual Chile continental, históricamente -ya muy araucanizados- cuncos y huilliches (de Chile). Por el otro, atravesada la cordillera andina, los grupos de canoeros de los lagos subandinos de las actuales provincias del Neuquén y del Río Negro. Históricamente, se diferenciaron en por lo menos dos etnias: los "pehuenches", acuáticos, de canoa aparentemente monóxila, documentados en el lago Huechu Lafquen, y los "puelches", piragüeros, en el gran lago Nahuel Huapi y contiguos hacia el Sur. Sabemos poco de estos pueblos, fantasmales, absorbidos por sus vecinos tehuelches a lo largo de los siglos XVII y XVIII; los segundos fueron aparentemente una mera diferenciación regional de los chonos, del occidente de los Andes.
    Para terminar con el inventario étnico de la Patagonia Oriental durante los siglos XVI y XVII, resta mencionar un pueblo sui generis, establecido, como los puelches cazadores (no-canoeros) revistados más atrás, en el ámbito subandino-extraandino de la provincia del Neuquén, pero en este caso al Norte del curso del Agrio-Neuquén, verdadero filtro que subdividía dicho territorio en dos áreas subiguales. Se trata de los "pehuenches" ("gente de las araucarias", Araucaria araucana,  árbol conífero andino) pero diferentes de los canoeros mencionados antes -aunque es posible que dispusieran igualmente de alguna forma de embarcación. Con ellos entra en escena un nuevo ingrediente somático: el huárpido de la lista de biotipos dada más atrás.
    Culturalmente, debieron alternar la caza del guanaco y el avestruz en la meseta y el ciervo (huemul) en la andina-subandina con la recolección, con especial énfasis en las semillas -"piñones"- de la araucaria, de alto valor alimenticio. Los pehuenches las beneficiaron de diversa manera, y para su conservación idearon los silos sub-acuáticos, técnica que inhibía su germinación espontánea.
    Otros rasgos de su cultura fueron la choza cónica de cuero, las raquetas para la nieve, la bebida colectiva en hoyos forrados con cuero. Poco más sabemos de esta etn¡a que desapareció como tal a lo largo del siglo XVIII, absorbida en las corrientes de la tehuelchización y la araucanización, a las que nos referiremos acto seguido.
Los grandes procesos etnodinámicos históricos
    La exposición sucinta de estos procesos, puestos en marcha durante la primera mitad del siglo XVII es imprescindible para identificar a los protagonistas de los capítulos finales del poblamiento indígena.
    Sus factores claves resultan:
    En lo étnico, la dinamización y correlacionada expansión de sentido general Sur-Norte, de los pueblos tehuelches ("tehuelchización"); la dinamización del pueblo araucano (trasandino) y correlacionada expansión de sentido general Oeste-Este ("araucanización"); en fin, la irrupción de los europeos, (españoles), en ambos lados de los Andes y su expansión ("hispanización-criollización").
    Resumen o fórmula que necesita los siguientes comentarios ampliatorios:
    Primero, el presentar a los araucanos, un pueblo de cultura andina, somáticamente como los incas (de estatura mediana, robustos, y, a diferencia de todos los presentados hasta aquí, braquicéfalos), cultivadores primitivos, de bastón y tala y roza, y por ende semisedentarios,; dueños de grandes casas de madera y paja, de tejido, cerámica y platería de excelente factura. Radicados en la cordillera de la Costa, el valle central -longitudinal o axial- y la faja pre-andina del territorio del actual Chile entre los ríos Bio-Bio y Toltén, un  área pequeña, fragosa y densamente forestada, muy húmeda, ubicada en frente -cordillera de los Andes de por medio- de la parte central de la actual provincia argentina del Neuquén.
    En seguida, el enfatizar el papel de la difusión del caballo, introducido por los españoles, como factor dinamizante -verdadero detonante de los procesos en análisis-: a favor de su posesión los tehuelches septentrionales alcanzaban el área del Río de la Plata, con centro en la naciente ciudad de Buenos Aires, en los primeros lustros del siglo XVII. Cabe pensar que en Neuquén sucedía lo propio. Al tiempo que comenzaban a atravesar, montados, la Cordillera grupos de indígenas trasandinos (denominados "aucas", sobre los que volveremos acto seguido).
    El tercero, que si la "tehuelchización" supuso el desplazamiento y la ocupación efectiva  -dentro del juego de desplazamientos del nomadismo- de los territorios abordados, no fue este el caso de la araucanización -ni de la hispanización. En estos dos casos privó, decididamente, la difusión cultural sobre la racial, genética, y como este proceso -verdadero fenómeno- se produjo a través de una cadena de pueblos sucesivos, cabe hablar de transculturación en el sentido primario o literal de la expresión.
    Es precisamente el caso de los aucas  (voz kechua, incaica, adoptada por los araucanos, que significa "salvajes"), que podemos clasificar en boreales y australes, con origen étnico y geográfico totalmente diferentes. Los primeros, de afinidades andinas, ocupaban, en el hoy Chile, los terrenos que se extienden al Norte del río Bio-Bio; los segundos, parte del sustrato fuéguido, o de los canoeros, araucanizados, procedían de los terrenos al Sur del río Toltén. Es decir ambos por fuera de las fronteras de la Araucanía propiamente dicha. Es decir, eran grupos araucanizados, "pan-araucanos" si se quiere, pero no araucanos veros.
    De un modo o de otro, por lo demás, estos aucas sólo llegaban -y así continuaron durante el siglo siguiente- en plan de comercio y rapiña, especialmente de caballos y vacunos, y nunca produjeron asentamientos estables en territorio cisandino. Lo propio los españoles-criollos, que no trascendían el entorno de la incipiente Buenos Aires.

  Con estas salvedades, puede proseguirse y completarse r pido la prosecución del proceso, complejo. Tal vez, a través de los siguientes momentos:
1) Siglo XVI. Expansión de los grupos cazadores puelches ("puelches intermedios") del Sur de la actual provincia del Neuquén a territorio trasandino, en relación con la guerra "de la Araucan¡a" entre españoles y araucanos (y pueblos araucanizados).
2) Siglo XVII. Expansión  de los tehuelches septentrionales hacia Neuquén y el ámbito pampeano en general. Contrario sensu, expansión de los aucas, boreales y australes, hacia el Neuquén y el  área pampeana. Gravitación de la lengua araucana en el Sur del Neuquén. Permanencia de la lengua local (pehuenche) en el Norte del Neuquén. Arribo de la lengua araucana a la hoy provincia de Buenos Aires.
3) Siglo XVIII. Hegemonía de la lengua araucana en el Neuquén. Desaparición de la lengua pehuenche en el Norte. Desaparición de las otras lenguas regionales citadas ("puelches"). Permanencia (bilingüismo) de la lengua tehuelche septentrional en el Sur; arribo de los tehuelches meridionales al Neuquén y a la provincia de Buenos Aires. Expansión de las modas araucanas en todo el Neuquén y la Pampa: tejido, vestimentas, platería. Expansión de las modas hispano-criollas: vestimentas, apero del caballo.

    Este siglo podría ser definido como el del equilibrio. De allí en adelante la araucanización habría de hacerse masiva, en lo cultural y aun lo somático. Y avanzaría considerablemente la criollización en el área pampeana.
    Pero no podemos abandonarlo sin un par de observaciones fundamentales: una, que si bien la presencia de pueblos pan-araucanos era cotidiana en el Neuquén y la Pampa, estos no produjeron asentamientos estables. Los araucanos propiamente dichos faltaban por completo.
    La otra observación es que, en la Pampa Central (actual provincia de La Pampa), o "Pampa Seca", al Oeste de la hoy provincia de Buenos Aires, o "Pampa Húmeda", en el dominio del monte de algarrobo y caldén (especies arbóreas de Prosopis), surgía una nueva etnia: los mamüllche ("gente del monte" en araucano), más conocidos por "ranqueles" (deformación de rangküllche, "gente de los carrizos", una gramínea a modo de caña). 
    Eran el resultado del metamorfismo in situ de un pueblo de cazadores nómadas -presunto miembro pampeano del "Complejo tehuelche", que se extendía entre los ríos Carcarañá  por el Norte y Quinto-Salado por el Sur, y entre las sierras de Córdoba y San Luis por el Oeste y los ríos Paran  y de La Plata por el Este. Fueron los primeros aliados de los españoles fundadores de Buenos Aires y después -por la brutalidad de éstos- sus primeros enemigos, que habrían de prenderle fuego. Se los conoció primero por querandíes, después por tubichaminíes y/o pampas del rio Cuarto o cordobeses, etcétera (siglos XVII y XVIII). Muy araucanizados a través de influencias esencialmente andinas (de los pehuenches araucanizados) y criollizados, comenzaron a figurar con nombre propio, es decir identidad étnica, a mediados de dicho siglo, y estaban destinados a un importantísimo protagonismo en la historia del subsiguiente, hasta el final de la hegemonía indígena en el ámbito pampeano.
4) Siglo XIX.
     El siglo XIX merece un punto y aparte. Un tratamiento especial, por haberse producido, en su segunda parte, ese ocaso trágico (con la segunda "Conquista del Desierto" programada y ejecutada por el general Roca) y por la complejidad de los movimientos étnicos y acontecimientos que lo precedieron. Ordenémoslos cronológicamente: 
I)  Como consecuencia de las luchas entre españoles y criollos en Chile, por la independencia del país, de gran repercusión en la Araucanía y traducidas en feroces enfrentamientos entre "tribus", hacia los primeros lustros de ese siglo un conjunto de estas optó por cruzar la Cordillera y radicarse en territorio cisandino. Esta vez se trataba de grupos propiamente araucanos, conocidos como "voroganos" unos (de Vorohue, un paraje cercano al actual Temuco) y "arribanos" los otros, es decir pre-cordilleranos.
    Se establecieron en ‚l en una suerte de faja que corre grosso modo a lo largo de la línea longitudinal que hoy sirve de límite entre las provincias de La Pampa y Buenos Aires. Las razones de la elección, estratégicas, fueron en principio dos: la primera, la relativa cercanía del interior de la Pampa Húmeda, rica en ganados caballar y vacuno (véase, ínterin, el mapa que ilustra la evolución de la tétrica "frontera" hispano-indígena, es decir las sucesivas líneas de fortines). La segunda, la existencia misma de un vacío demográfico, de una verdadera "tierra de nadie", provocada por el antagonismo siempre latente, y muchas veces traducido en acciones bélicas, entre los ranqueles que acabamos de ver, al Oeste, y los tehuelches septentrionales, al Este...
II)  Los ranqueles representaban tradicionalmente la principal amenaza para las estancias de la frontera del mundo criollo, que cincunvalaba la Pampa Central; por un lado por su ubicación estratégica; por el otro, porque los tehuelches, durante la primer mitad del siglo, se comportaron, a través de alianzas, más bien como "indios amigos", aliados del Gobierno y los estancieros de Buenos Aires, que apenas trascendieron, durante muchos años, el límite del río Salado.
    Juan Manuel de Rosas, celebérrimo caudillo gaucho, era en la década del '30 ambas cosas: el hacendado más fuerte de la provincia de Buenos Aires y su Gobernador, investido de facultades especiales que lo convertirían en un verdadero tirano.
    En 1832 dejó momentáneamente el gobierno -para retornar fortalecido- con la finalidad de realizar una expedición militar orgánica para desarticular -definitivamente, se proponía- el creciente poderío de los indígenas pampeanos-norpatagónicos -aunque sus principales enemigos, según se dijo, eran los ranqueles, encabezados por el cacique Yanquetruz (de abolengo andino).
    Para llevarla a cabo se valió, al lado de cuerpos militares en una táctica de pinzas, de sus auxiliares indígenas naturales, los tehuelches, que lo acompañaron en el ala Sur, a su cargo directo. Pero al propio tiempo se alió con los araucanos..., deseosos de desembarazarse de sus potenciales enemigos ranqueles, situados a su espalda.
    Aunque logró en principio su objetivo central, destruir -momentáneamente- a estos, no pudo acabar con Yanquetruz, que se refugió en la Cordillera.
    El resultado de las acciones, a la corta, sin embargo, no fue el esperado. Sencillamente, los araucanos, sin competencia, hubieron de reemplazar progresivamente a los ranqueles en sus malones (expediciones relámpago, de saqueo) a la frontera de Buenos Aires...
    A esta altura, se producía la radicación en la Pampa del cacique Calfucurá, "pehuenche", es decir del mismo modo andino... y por ende enemigo -secular- de los araucanos, simplemente trasladados de escenario. Calfucurá, viejo frecuentador del  rea en plan de comercio, eligió para instalarse -se dice que invitado o incitado por el propio Rosas- un punto geográficamente clave, en la Pampa Central, al Sur del territorio ranquel y al Oeste de los araucanos y los tehuelches bonaerenses. Al propio tiempo, puerta natural de los caminos que, desde Buenos Aires, conducían a la Cordillera. En ella, por lo demás, mantuvo a su hermano, Reuquecur , nexo con la Araucanía y poderoso cacique él mismo.
    Este sistema, al lado de sus condiciones de diplomático, habría de convertir a Calfucurá , en muy pocos años, en el cacique más poderoso de todos los tiempos. A favor de una estrategia alternativa de alianzas étnicas elaboró una verdadera federación indígena y, hasta su muerte, hacia fines de la década del '60, se constituyó en el terror de la frontera de Buenos Aires.           
    A su sombra, la hegemonía indígena en el ámbito pampeano crecería de tal manera que se hizo insoportable para los intereses económicos de los hacendados de la faja circumpampeana referida. Había que concluir con el poderío del "indio" y el general Julio Argentino Roca -con la ambición de la Presidencia que le aseguraría una campaña feliz contra ese enemigo terrible-, concibió, y luego desató (en 1879), la "Segunda Conquista del Desierto". La definitiva, que culminaría en 1885 con la entrega del cacique tehuelche septentrional Saihueque, establecido en el Sur del Neuquén.
    No hubo propiamente batallas; a favor del fusil Remington, del conocimiento de los caminos y las aguadas "del desierto" por baqueanos, ex cautivos de los indígenas, de la agilidad y la calidad de las tropas montadas preparadas por Roca, las acciones se convirtieron en una sableada terrible, con miles de muertos -en mayor medida por sus secuelas- y prisioneros, que aquél habría de dirigir y acompañar en buena medida directamente en carroza.

Parte 5 / Epílogo

    Para ese entonces, los indígenas pampeanos habían sufrido una larga evolución, que en lo cultural-económico transitó por la transformación en cazadores nómadas montados, la conversión en pastores-cazadores nómadas de caballos, y de vacunos después, la semisedentarización y hasta un incipiente cultivo en algunas tribus (como los ranqueles, los indígenas amigos en Buenos Aires, y en la Cordillera). Correlacionadamente la adquisición de una "cultura del cuero" de caballo y vacuno, el reemplazo de los cueros de guanaco en toldos y vestimenta; la adquisición del tejido y la platería araucanos y la ropa de ese origen y criollo, al lado del tabaco y, el alcohol -­el alcohol!, la gran clave de la decadencia cultural entre los tehuelches-, el azúcar y otros "vicios" como se decía entonces. Y las enfermedades importadas, claro, como la viruela y sus muchas variantes, que diezmaban a los indígenas.
    En aquel  ámbito, y en el Neuquén, a pesar de estos flagelos, el número de indígenas creció considerablemente en el tiempo histórico. No así en el patagónico, en donde tras un momento de auge, se produjo un general descenso. De un modo u otro, la Patagonia al Sur del Limay-Negro se mantuvo mucho más conservadora que el resto.
    Lo cierto es que, producida la derrota general y desbandada de los indígenas pampeanos y nor-neuquinos, contra los que se había llevado la guerra -Roca a diferencia de Rosas, no distinguía entre los grupos étnicos y su enemigo era globalmente "el indio"-, los intereses económicos, principalmente de los hacendados bonaerenses, obraron para su continuación. Sumado esto a la tirantez de las relaciones con Chile, que ambicionaba la posesión de la Patagonia, hizo que la ocupación prosiguiera: por la captura de Saihueque, ya mencionado, del Sur del Neuquén, -a pesar de los tratados de amistad firmados con Buenos Aires-, caudillo general en definitiva de las tribus tehuelches septentrionales; incluso algunas tehuelches meridionales que poco y nada tuvieron que ver en todo esta historia.
    Apréciese, a esta altura, el valor profundo de las raíces étnicas:
    Los sobrevivientes de los indígenas ranqueles, los descendientes de Calfucurá  y aquellos de los pehuenches neuquinos, huyeron hacia la Cordillera y Chile. Los sur-neuquinos, hacia el Sur del Limay, lo propio que los descendientes de los tehuelches del centro-Sur de Buenos Aires, cuyos últimos caciques de importancia fueron los hermanos Catriel.
    Una vez en la "Patagonia propiamente dicha", a lo largo de la última década del siglo, las tribus se dispersaron, desgranaron y los grupos se asentaron, por fin, ya en unidades familiares, convertidos en pastores -sedentarios!- de ovejas y, progresivamente, corridos a los peores campos por los hacendados "blancos" más hábiles, con la complicidad de la justicia y los agrimensores, y rodeados de alambradas. Era el fin de la cultura, y hasta de la identidad étnica, un proceso que todavía se arrastra trágicamente en la Patagonia continental.
    En tanto en la isla Grande de Tierra del Fuego, los onas, que se habían mantenido al margen de las vicisitudes pampeano-patagónicas y desconocían el caballo, luchaban con arco y flechas contra los primeros ganaderos -ovejeros- blancos y los buscadores de oro.
    Y los yámanas, contra el alcohol y los loberos, y los errores de la catequización, protestante y católica, que al agruparlos contribuía a la difusión de las enfermedades europeas.
    (Hoy no queda un solo tehuelche puro; la lengua tehuelche septentrional se extinguió en 1960 y queda una decena de hablantes de la meridional. Ninguno de la ona..., cinco o seis -­sólo mujeres!- y manas hablantes; una treintena de alacalufes. Unos 250.000 parlantes de araucano en Chile y 20.000 en la Argentina, con absoluta probabilidad todos portadores de genes blancos...).
Los blancos:
    Carai, "señores", los llamaron los indígenas guaraníes en el río de la Plata; como kadday lo aceptaron los tehuelches septentrionales, que se hizo qadde entre los meridionales y koliot entre los onas. Winka los bautizaron los araucanos, quizá deformación de inka, por los indígenas peruanos con los que habían combatido en Chile 50 años antes de la conquista española.
    ­Los blancos! Europeos primero, criollos después -argentinos y chilenos-, los europeos después nuevamente en la Patagonia. Al filo más tarde del siglo, en el momento de conformación de la Patagonia presente, la que heredamos sus descendientes.
    Españoles, italianos, europeos de toda Europa, norteamericanos, árabes, etcétera, etcétera. Son los pioneros.
    Pero antes de proseguir, para terminar, acéptese una pequeña recapitulación histórica de lo que podemos llamar los grandes jalones del poblamiento (blanco).
    Primero fue la hoy Carmen de Patagones, cerca de la desembocadura del río Negro: en 1779, con lo que se erige en la única ciudad patagónica (hoy Patagones-Viedma, río Negro de por medio) de origen virreinal. Es la única de una serie de fundaciones atlánticas llevadas a cabo por los españoles en respuesta a una potencial invasión inglesa. Corrían tiempos de los Borbones en España y se abandonaban no sólo la "fiebre del oro" y las riquezas fáciles, reemplazadas por la colonización, sino el trato inhumano para con los indígenas.
    Después, en el otro extremo circa 1850, la hoy ciudad-puerto de Punta Arenas, sobre el estrecho de Magallanes.
    Sucesivamente, el asentamiento galés, en 1865, en el valle inferior del río Chubut, en la Patagonia Oriental Central, un enclave que habría de extenderse a la Cordillera (Esquel) en los tiempos inmediatamente posteriores a la "Conquista del Desierto", y que mantiene buena parte de su perfil cultural hasta el presente.
    La factoría del navegante patagónico -nacido en Carmen de Patagones- Piedra Buena, en la boca del río Santa Cruz; la misión del reverendo Bridges, destinada a yamanas, en Ushuaia, sobre el Beagle; las misiones salesianas en Río Grande -todo esto en la isla Grande-, y en la isla Dawson, Tierra del Fuego, destinada a onas la primera, y, artificialmente, a y manas, alacalufes y onas la segunda. Eran centros condensadores de un poblamiento difuso, de visionarios, de hombres de trabajo y aventureros, que venían a "quemar las naves" para radicarse en la nueva tierra.
    La Tierra Prometida... Son los pioneros, un aluvión multiétnico con miles de diferencias y un denominador común: la fe irrenunciable en hacer de la Patagonia una potencia.
    Tal fue el papel de este estrato de poblamiento, con una sola idea de progreso y dispuestos fan ticamente a concretarla, que su presencia es obligada en toda definición que quiera ensayarse para encorsetar culturalmente a la multiforme Patagonia. A la luz de lo recorrido hasta aquí juntos, ensayemos una -que, como se verá, parte de lo negativo:
    Como quiera que se la acote geográficamente, la población de la Patagonia no tiene un origen étnico común. No tiene un folklore propio diferenciable de aquel de las áreas vecinas. No tiene una entonación regional propia, diferenciable de aquella del ámbito pampeano. Todo esto la separa de los ámbitos central y septentrional de la Argentina, a pesar de que Buenos Aires capital y su entorno hayan sufrido del mismo modo el impacto europeo (español e italiano fundamentalmente): nada había en común, en efecto, hace 40 años, con un provinciano -hasta 1957 la Patagonia estuvo integrada por territorios, sin autonomía- del Noroeste del país, pan-latinoamericano, en lo cultural y lo genético (criollo, mestizo de cercana ascendencia indígena); y muy poco con un porteño, es decir el oriundo del Gran Buenos Aires.
    Completando, por lo positivo, la definición, puede apelarse a: un sustrato indígena, sí que complejo, de todas maneras común; una historia geográfica y de poblamiento comunes; y la realidad común de los pioneros.
    Hoy...quedan en la Patagonia los  nietos y bisnietos de los pioneros, sepultados por un aluvión de población amorfa, proveniente de distintas partes del país, atraída por oportunidades efímeras de trabajo y carente del nervio de los pioneros; sin objetivos pensados de radicación definitiva y por ende sin fe, sin arraigo y sin historia. El resultado es una suerte de decadencia generalizada, desesperanzada, sin iniciativa propia.
    A la espera del retorno de los pioneros..., cerramos aquí este rápido vistazo al pasado de la Patagonia.


Sobre el autor
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Rodolfo Casamiquela

Rodolfo Casamiquela nació en Ingeniero Jacobacci (Río Negro) en 1932 y murió en Cipolletti (Río Negro) en 2008.
En 2006 le fue otorgado el premio Kónex de Platino 2006 en su especialidad. El científico fue autor de numerosas publicaciones sobre los orígenes del poblamiento humano en la Patagonia y propugnó el reconocimiento a la etnia tehuelche como pueblo originario de la parte norte de la región.
Era paleontólogo, arqueólogo, doctor en ciencias, investigador, docente, historiador y escritor. Dejó una veintena de libros y 400 trabajos de investigación. Dedicó su vida al estudio de los orígenes de la Patagonia.
Desde pequeño fue curioso de la toponimia y los significados de los nombres de las denominaciones antiguas. Realizó sus estudios secundarios en la Escuela Industrial Otto Krause de Buenos Aires, pero allí sintió "la inhabilidad más estupenda en lo manual" y prefirió refugiarse en la Biblioteca Nacional para leer la gramática araucana, sin saber que en su pueblo sus compañeros la hablaban. Paralelamente manifestó su obsesión por reunir los fósiles que dieron origen al museo de su localidad.
Se graduó de perito minero nacional, al tiempo que proseguía con su formación en temas patagónicos en la biblioteca del Museo Etnográfico. Una beca lo llevó a Bélgica y, a su regreso, se decidió por la carrera de Paleontología en la Universidad de La Plata. Trabajó para el Conicet hasta el golpe militar de 1966. Decidió radicarse en Chile, donde se graduó como doctor en biología a fines de la década del 60. Volvió a Río Negro, donde creó el Centro de Investigaciones Científicas de Río Negro, con sede en Viedma.
En 1978, Casamiquela creó en Viedma la Fundación Ameghino destinada a fomentar la investigación regional y el estudio de la agricultura, la geología, minería, pesca y biología. Sus trabajos de investigación incluyen estudios iconológicos y etnológicos de la Patagonia, el arte rupestre y la gramática tehuelche,
En 1965 había recibido el primer Premio Nacional de Antropología y tercero de Biología de Subsecretaria de Cultura de la Nación. Se desempeñó como profesor de distintas universidades e instituciones académicas de Chile y Argentina. Fue docente emérito de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral y propuesto para Doctor Honoris Causa.
Casamiquela tuvo distintos episodios donde fue duramente criticado por investigaciones en las que sostenía que los tehuelches eran los verdaderos pobladores originarios de Chubut y el norte patagónico. Sus estudios lo llevaron a afirmar que los mapuches cruzaron la frontera e invadieron a los tehuelches en el siglo XVII, pueblo al que consideraba prácticamente extinguido.
Esa postura le valió severas críticas por parte de aborigenistas de Argentina y Chile, que en varias ocasiones impidieron que el investigador pudiera concretar sus disertaciones en universidades e instituciones.
La raíz de la discusión es que Casamiquela consideró a los mapuches, chilenos, cuando se trata de pueblos “preexistentes” que habitaban la cordillera antes de las delimitaciones geográficas políticas que conocemos actualmente. Sin embargo, se trató de un fundamento que sirvió judicialmente para desalojar a varias comunidades indígenas.

Más allá de las controversias por esa posición extrema, sus aportes al conocimiento de la Patagonia adquieren especial relevancia; lo que se expresa en una obra de gran extensión y profundidad.

Fuente: http://www.confinesdigital.com/textos/rodolfo-casamiquela-el-poblamiento-de-la-patagonia.html

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12/06
2007

Argentina: Historiador Rodolfo Casamiquela : "Los mapuches son chilenos... no tienen derecho sobre la tierra",


El historiador Rodolfo Casamiquela es duro con los mapuches que lo "escrachan". Dice que no tienen verdadero interés en velar por la cultura indigenista, sino que son más bien "piqueteros". Hoy dice luchar por rescatar del olvido la lengua del pueblo tehuelche. Y que eso le preocupa mucho más que los escraches que recibe cuando quiere hablar de la historia. "Si se definen como Mapuches son chilenos y si son chilenos no tienen derecho sobre la tierra de la Argentina", señala Casamiquela sin pudor

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El historiador Rodolfo Casamiquela es duro con los mapuches que lo "escrachan". Dice que no tienen verdadero interés en velar por la cultura indigenista, sino que son más bien "piqueteros". Hoy dice luchar por rescatar del olvido la lengua del pueblo tehuelche. Y que eso le preocupa mucho más que los escraches que recibe cuando quiere hablar de la historia. "Si se definen como Mapuches son chilenos y si son chilenos no tienen derecho sobre la tierra de la Argentina", señala Casamiquela sin pudor

-¿Qué lo llevó a estudiar sobre esto?

- Mi inquietud por lo indígena empezó cuando tenía 14 años. Me fui a estudiar a Buenos Aires y un día, en la Biblioteca Nacional, empecé a leer mapuche, sin saber que en mi pueblo (Ingeniero Jacobacci) la mitad de los chicos de mi edad hablaban esa lengua, porque entonces ellos ocultaban su origen. Ni los maestros lo sabían. Entonces, cuando volví, fue una grata sorpresa descubrir que los peones que enfardaban la lana en una casa comercial donde trabajaba mi padre eran de origen indígena. Con ellos pasé un verano fantástico, porque empecé a anotar las primeras cosas sobre su lengua. A los 16 años, siempre acompañado por los indígenas, ya estaba haciendo el primer museo referido a su historia.

-¿Qué ha podido conocer de ellos?

- He conocido centenas de indígenas y a todos los hablantes de tehuelche de la Patagonia. Estudié y aprendí que primero vino el mundo tehuelche paleolítico, muy antiguo. Los antepasados de sus antepasados se remontan a 10 mil ó 12 mil años atrás y evolucionan en la Patagonia. Mucho después de la llegada de los Españoles, alrededor del 1600, el caballo permite que los Tehuelches copen todo el ámbito pampeano y Neuquén. En esa misma época empieza la mapuchización. Existen diferencias entre unos y otros.

Los gigantes patagones no son una fantasía, sino los Tehuelches, que alcanzaban casi los dos metros de altura y una corpulencia de 150 kilos, de tez oscura y ojos asiáticos, que vivían de la caza y se vestían con pieles. Los Araucanos o Mapuches, sin embargo, son una raza de estatura mediana, cultivadores de cultura andina, que tenían casas de madera y paja y trabajaban en forma maravillosa el tejido y la platería; ellos tenían una trayectoria cultural superior, que los Tehuelches imitaron.

-¿Qué pasaba con la lengua?

- Con la llegada de la religión y la onomástica se va produciendo una transformación en ella. Entonces, los hombres tehuelches, especialmente los caciques, en el norte de la Patagonia, empezaron a ser bilingües. Pero las mujeres siguieron hablando tehuelche, incluso algunas familias pasaron del tehuelche al castellano, sin pasar por el mapuche. Hubo un sincretismo religioso y lo tehuelche se mapuchizó. Pero el Mapuche como pueblo estaba del otro lado de la Cordillera.

-¿Los descendientes conservan la lengua indígena?

- Hoy hay descendientes vivos de grandes caciques tehuelches. Sólo son algunas familias, los otros son descendientes de Mapuches. Los Ñanco, por ejemplo, son descendientes de Sacamata, uno de los caciques más serios del norte de la Patagonia, nacido entre 1870 y 1880. Uno de mis maestros, fue quien salvó la lengua tehuelche, ya que era el último que la hablaba. Se llamaba José María Cual (que en tehuelche quiere decir cuello). Él murió en 1960, a los 90 años. Cuando lo conocí, yo era un muchacho y él estaba ciego. Durante muchos años nos dedicamos a la lengua tehuelche y por él quiero rendirle el máximo homenaje a este pueblo, descendiente de los habitantes más antiguos de América entera.

-¿De qué forma?

- Un día juramenté hacer un homenaje a este pueblo único, salvando todo lo que se pudiera de su historia. Lamentablemente estoy solo en todo esto. Los descendientes no estudian a sus antepasados, porque eso significa leer a los blancos y hay una especie de rechazo, una negación que es como hacerse trampa en el solitario de la vida. No se puede avanzar. Entonces soy un maestro ciruela, vale decir un científico, que dice la historia como la cuenta la ciencia, la antropología. No hago concesiones de tipo demagógico. Por ello, si digo que acá no había ningún Mapuche en 1865 y que recién llegaron en 1890, digo lo que es la historia, no lo invento. Sólo que otros no lo dicen o lo dicen distinto. Entonces soy el malo.

-¿Por eso le hacen escraches?

- Sí. Pero esa gente no es indigenista en el sentido cultural, lo es en el sentido piquetero. Son políticos.

-¿Qué le cuestionan?

- No hay cuestionamientos. Eso es un pretexto. Hay que pensar qué buscan. Si se definen como Mapuches son chilenos y si son chilenos no tienen derecho sobre la tierra de la Argentina. Esta es la clave. Entonces, como yo explico que son chilenos, soy el enemigo. Cualquier chileno sabe que los Mapuches son chilenos. Los líderes también lo saben. Pero la juventud no. El 99 por ciento de los que se definen como mapuches son de origen Tehuelche. Pero se han dado muchas confusiones por la lengua o el apellido. Así se va perdiendo la identidad.

-¿Por qué tendrían la necesidad de sentirse Mapuches si no lo son?

- Porque la palabra mapuche es muy atractiva. Quiere decir gente de la tierra. Si se usa como símbolo es correcto. Yo también soy gente de la tierra. En 1960, como un homenaje, el Primer Congreso del Área Araucana Argentina propuso que a los Araucanos se les dijera mapuche como en Chile.

-¿Cuál sería la respuesta si alguien pregunta quiénes eran los originarios?

- Habría que ver con respecto a qué. A la llegada de los españoles es una cosa. A la constitución del Estado argentino es otra. Porque en 1816 no habían mapuches en Argentina. Los primeros se radican en el centro de La Pampa en 1820 y en 1890, al sur del Limay Negro, los primeros pobladores de origen chileno fueron los mapuches y los chilotes. Hay que distinguir muy sutilmente todo este asunto.

-¿Por qué menciona la pérdida de la identidad?

- Eso es lo más terrible. Los nietos de mis maestros, que sabían lo que eran, hoy son todos mapuches. Es decir, el abuelo es tehuelche puro, pero el nieto es mapuche. Entonces la Patagonia perdió su identidad. Esta es tierra de aluviones, porque todos los días llega gente desde otros lugares. Entonces, los maestros no son de aquí y es muy difícil recrear esa identidad maravillosa que -hasta hace 30 años- fue la palabra, la casa abierta, la hospitalidad, la seguridad y la base indígena, ahora desteñida por toda esta confusión que hay con los mapuches. Pero hasta hace unos años atrás la historia era clara.

-¿Qué pasa con la lengua tehuelche?

- Es una lengua muerta. Murió en 1960. Y no hay interesados en aprenderla. Yo lo hice porque era consciente de que mi maestro, José María Cual, era uno de los últimos que la hablaba. Se comunicaba conmigo en español y podíamos hacer traducciones del mapuche al tehuelche, revisarlas durante varios años y pasarlas en limpio. Él tenía la conciencia que era el único que iba quedando para hablar esa lengua. Pero murió antes de ver la gramática. Hoy se pierde la cultura. Los descendientes, en su mayoría, no mantienen la lengua. Incluso, los nombres que hay por acá, en los comercios, son falsos. El vocabulario es equivocado y ese es mi sufrimiento. Esto me preocupa mucho más que los escraches. Los indígenas tienen que perfeccionarse y profesionalizarse sin perder su lengua de origen. En Argentina a la lengua indígena le queda una generación y nadie se preocupa por recuperarla.

-¿Qué siente cada vez que dice que está solo en esto?

- Se siente impotencia, porque es difícil llegar a la docencia y a quienes tienen decisión política sobre ella. Cuando voy a dar clases a las escuelas los chicos y los maestros se asombran. Al terminar las charlas, los chicos que tienen apellidos indígenas que se mantenían tímidos, pasan al frente y se sienten bien, porque son descendientes de los grandes caciques. Lo mismo ocurre cuando saben cuáles son los significados de sus nombres en mapuche, porque los tehuelches no tienen significados. Todo eso se puede hacer, pero quién le pone el cascabel al gato
.

Fuente: Periódico El Chubut / Azkintuwe Noticias